Capitulo I: Sn. Egidio y Asociados

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Una patada, quiero dormir más, dos patadas, apenas son las 5:30 am , tres patadas y tumbaron la puerta, una cubetada de agua helada me despierta, la cama esta húmeda, hace frío, tengo ganas de taparme con las cobijas pero también están mojadas.

-Anda, levantate, ahora - me jalan del brazo hacía las regaderas, no hay nadie estoy solo con un hombre que me lleva el triple de altura seguramente, este me despoja de mis trapos porque la ropa buena se la dan a los demás niños del orfanato... a mi solamente me dan lo que a algunos ya no les queda- Es día de consulta médica y necesitas estar limpio- jalan hacía abajo la cadena de la regadera y de nuevo el agua fría.

- ¡Puedo bañarme solo! - lo miro de mala gana - ¡basta! - este solo me bañaba con jabón en polvo como para lavar ropa, me ardía la piel era horrible algo tenía ese jabón que me torturaba, no era demasiado con las inyecciones que me daban día a día y el colmo de los males mi cabello lo rapaban cada 8 días porque crecía demasiado y este día era de cortar ahora solo las puntas, ¿porqué solo a mi me dejaban casi como pelón de hospicio y a los demás niños con sus melenas brillantes y sedosas? -¿porqué no me bañan con shampoo como a los demás? es mas suave y no arde ... - el gruñón que me bañaba solo quedaba en silencio, tomó una toalla y me secaba con brusquedad la cabeza - ¿al menos me puedo secar mi cuerpo? - este solo dejo sobre mi cabeza la toalla, escuche sus pasos alejarse, suspire de alivió y rápidamente me seque el cuerpo, de mis poros salían unas micro gotas de sangre.

- Aquí esta tu ropa mocoso- ¿mocoso?¿qué era eso de mocoso? sonaba feo... - ¡ME LLAMO 626 NO MOCOSO! y ...¡¿qué es esto?! ... ¡ropa nueva!-no evité sonreír, al fin después de mucho tiempo, abrace al grandulón ese - ¡gracias!- corrí hacía los vestidores, una camisa blanca,un short a la cintura con tirantes del mismo color, un par de calcetas hasta las rodillas y un par de zapatos negros con correas, eran hermosos más hermosos que aquellos sucios y apestosos convers que mi dedo pulgar del pie traspasaba al exterior de la suela.

-¡Ya estoy listo!- lo dije emocionado - ¿el doctor me va adoptar? porque este tipo de ropa se lo dan a los niños que ya se van con sus nuevos padres. -le sonreí al grandulón pero este solo me tomo de la mano y salimos al garage donde había una camioneta con los cristales muy negros, el grandulón me metió en la parte trasera, no sin antes ponerme un antifaz en los ojos - me supongo que ha de ser sorpresa así que estaré sin hacer un minusculo movimiento- escuche que el chofer de la camioneta le decía al tipo ese que yo hablaba demasiado.

- Me temo que tendremos que amordazarlo ... aunque las instrucciones de Sintético fueron que no se le haga daño, simplemente cegarlo - en ese instante comprendí que algo estaba fuera de control o mejor dicho algo turbio había ahí, me ponía de nervios pensar ¿qué tramaban ese par? ya que en el orfanato nada era color de rosa, no para mi.

La camioneta se detuvo después de un buen rato, si no es que fueron muchas horas de camino, uno de ellos se bajo y abrió la puerta donde estaba; el antifaz fue retirado y baje la mirada.

-Siento mucho hablar demasiado, se que estuvo mal - musite y seguía el camino que ellos me indicaban - ¿cómo te llamas? al menos debo saber el nombre de la persona que me baño ¿no crees? - el hombre volteó con unos ojos que me espante eran color marrón con parte de él iris naranja, no era dorado o miel pero si me dio escalofríos.

- ¿Podrías callarte, mocoso? tu sola voz causa un rechinido en mis oídos, un maldito mareo... próxima que te vuelva a escuchar juro que.... - su voz era violenta y su boca tenía unos dientes como de perro.

- Juras ¿qué? Lu- escuche una voz más amenazante al otro extremo de el pasillo alce la mirada y un hombre alto de 1.90m seguramente, cabello rubio casi amarillo y ojos azules, se acerco a mi y me tomo de el hombro - les dije que lo quería tranquilo y sano, no alterado! pero como siempre cometen la osadía de desobedecer. Ya trabajaremos en su obediencia par de inútiles - Aquel tipo se quedo inmutado, la voz del rubio lo sometió con su voz pues este solo bajo la mirada - En cuanto a ti pequeñín ¿cómo te encuentras el día de hoy? - se colocó en cuclillas para verme cara a cara.

Boy and The GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora