― ¿Por qué estás aquí? ― le preguntó el chico alto y de pelo claro que lo acababa de invitar a una copa.
¿Por qué estoy aquí?, se preguntó.
Mingyu llevaba dos semanas sin que Wonwoo lo tratase como siempre. Cuando estaban en grupo, no había ningún problema real, pero notaba como no lo miraba, y siempre que se quedaban a solas, lo evitaba. Seguí repitiendo lo mismo una y otra vez: tal vez no funcionamos juntos, debemos de buscar lo que queremos.
Sólo de pensarlo ponía los ojos en blanco y se irritaba. Entendía que estuviese, él mismo quería pegarse a sí mismo cada vez que recordaba haber besado a Soonyoung, pero Wonwoo siempre lo había perdonado. Siempre.
Quería arreglarlo, pero casi siempre salía pronto de clases, ocupado con otros asuntos. Temía que hubiese encontrado a otro chico, y llevaba los últimos días pensando en todo lo que había perdido. Deberían haber empezado a salir hace mucho... Wonwoo estaba preparado, pero Mingyu de alguna manera lo aplazaba.
¿Por qué? ¿Por qué fui tan idiota? Y sabía muy bien la respuesta: miedo. Miedo a darlo todo y que no acabase bien, llevaba tanto tiempo soñándolo que si el sueño se rompía no le quedaba nada. Lo peor era que Wonwoo tenía razón, debían encontrar sus propios caminos, pero ahora que eran independientes, veía que aunque tuviesen sus vidas, podían ir de la mano en ellas. Apoyarse.
Y Mingyu había tardado demasiado en darse cuenta. Irónicamente, en búsqueda de algo que hacer había obligado a Seungcheol a llevarlo de fiesta, en busca de adrenalina, igual que con Soonyoung, pero no se sentía bien. Echaba de menos a Wonwoo cada vez que respiraba.
Si sólo pudiese volver atrás...
Se dio cuenta de que tenía que responder, ese chico claramente estaba ligando con él. Lo miró. No le gustaba, tampoco le atraía, la cabeza le daba vueltas y sólo quería arreglarlo todo. Pero no podía.
Miró al desconocido con los ojos vacíos, sin realmente mirarlo, se inclinó sobre él, Mingyu era más alto, más imponente, más fuerte. Y lo besó. Con brusquedad, en busca de la adrenalina que lo dejó caer en ese hoyo.
Atrajo al desconocido más, contra todo su cuerpo, sintiendo cada músculo, cada feromona, sobre sí, necesitaba olvidar a toda costa.
Volvió a repetirlo. Y volvió a repetirlo. Hasta que se quedó sin voz.
Wonwoo nunca consideró esa posibilidad, ni si quiera se lo había planteado, pero el otro día, mientras rapeaba en el parque, un hombre en traje se le acercó y le dio su tarjeta. Era una invitación para una audición.
Pensó que era broma, pero buscó información sobre ello en Internet, y la compañía era eral, y tenía éxito. Querían que él intentase ser parte de un grupo.
No podía dejar de pensar en ello, nunca había tenido una meta, y ahora que había encontrado algo que le hacía ilusión, un nuevo mundo se había abierto ante sus ojos.
Estaba practicando todo los días, había tiempo hasta el día de la audición pero no podía quedarse quieto, necesitaba prepararse. Esos días pensaba mucho en Mingyu, en lo que estaría haciendo, en qué haría si estuviese allí. Le prepararía una taza de té, le acariciaría el pelo y lo animaría.
Cómo quería que estuviese allí... pero no quería quedar atrapado en ese estado de inmovilidad en el que habían estado tantos años. Si seguía pensando iba a llorar, por lo que continuó practicando.
Volvió a repetirlo. Y volvió a repetirlo.
Entró en la clase nervioso, Seungkwan nunca había querido ver y no ver a una persona tanto en su vida. Sólo sabía que cada vez que estaba con Vernon, quería escapar, gritar y llorar al mismo tiempo, y así no podía seguir. Se le estaba yendo la pinza.
Lo vio. Estaba reclinado sobre la mesa, garabateando algo, perdido en su mundo. Quiso hablarle, llevaba evitándolo como podía varias semanas, se sentía fatal, pero cuando hablaban volvía a tener taquicardia y a agobiarse.
No soy mala persona, de verdad, me caes bien, pero cuando te veo me va a dar una embolia. No podía decirle eso. Tenía que superar lo que sea que le pasase, y se dirigió a hablar con él.
―Hola. ― saludó, parándose frente a su mesa. Sonaba como un globo desinflado.
Vernon lo miró sorprendido, abrió la boca para decir algo pero volvió a quedarse en silencio. Estaba poniéndose rojo otra vez, Seungkwan empezó a preocuparse, ese chico siempre estaba enfermo, debería ir a un médico.
―Hola. ― le respondió finalmente.
―Esto... ¿te gusta el chocolate caliente? ― Espera, espera, espera, ¿eso a que viene? Acabas de empezar la conversación de la manera más tonta posible. Ibas a preguntarle por lo de la nata. Seungkwan intentó arreglarlo, su menté empezó a maquinar cualquier manera de escapar de la situación sin hacer el ridículo.
―Sí. No bebo café. ― Vernon esbozó una pequeña sonrisa que afectó a Seungkwan como si le quitasen el aire.
― ¿Sí? Yo también, es la mejor bebida posible. Perfecta en invierno. ― Genial, seguro que quiere hablar contigo de lo rico que está el chocolate.
Seungkwan abrió la boca para decir algo, pero un chico fuerte, alto y con una sonrisa de infarto se acercó a Vernon. Era el típico que iba al gimnasio, tenía descapotable y veraneaba en un hotel pijo de Jeju.
El chico estoy-muy-bueno-y-lo-sé saludó a Vernon, ignorando a Seungkwan totalmente, como si fuese una pared en blanco, y comenzó a hablar sobre ver una película juntos. No paraba de tocarle el brazo, y reír con todo lo que decía, ante un incómodo Vernon, que lanzaba miradas furtivas hacia a Seungkwan.
Ugh, déjalo en paz, pensó.
Se dio la vuelta, sin despedirse, Seungkwan no podía ver un minuto más.
Por más que lo intentase, buscar al culpable de los mensajes anónimos era como andar a ciegas. Jeonghan había revuelto cielo y tierra, pero sabía esconderse bien. Al principio consideró que fuese un ex novio celoso, pero ninguno odiaba lo suficiente a Seungcheol.
Suspiró, cansado de todo. Estaba sentado en un banco del patio trasero, no solía saltarse las clases, pero necesitaba un rato a solas. Pensó en salir abiertamente con Seungcheol muchas veces, pero sabía de las amenazas que habían recibido sus pasados exnovios... No quería verse obligado.
Sentía que había piezas del puzle que no encajaban. Seungcheol se había visto envuelto en un caso judicial con anterioridad, pero ninguno quería mencionar el tema, y él tampoco quería sacar el tema a colación. Se limitaba a decirle que no era nada, pero sí era algo.
Escuchó la voz de Seungcheol, que estaba saliendo al patio, parecí estar hablando por teléfono. Jeonghan se puso en pie, no esperaba encontrarlo ahí.
―Tienes que parar, sé que eres tú. No... no me lo puedo creer. ― estaba diciendo a alguien en el otro lado de la línea. Sonaba airado. Jeonghan se escondió tras la pared, se sentía mal espiando, pero necesitaba averiguar de una vez por todas qué pasaba. ―Sé que tienes tus razones, entiendo que me odies. Pero tienes que parar, no puedes seguir haciendo esto, eres mi hermano.
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Angel On Fire
FanficToda la vida de Jeonghan se pone patas arriba cuando Seungcheol empieza a mostrar interés en él. Su mejor amigo, Joshua, parece que no lleva bien este creciente interés, y por más que intente negarlo, Jeonghan estaba empezando a sentirse también mu...