Capítulo I

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Charlotte

Me desperté lentamente y me senté en la litera, había soñado lo mismo que las otras noches, unos chicos llegando por ella para llevarla a un lugar seguro, una clase de campamento para chicos especiales, un chico rubio de ojos azules con una chica morena con el pelo rizado, Hazel y Jason venían por ella.
No le dio importancia y fijó su mirada en sus muñecas, habían dos pulseras doradas con formas de ramas, muy lindas. Le habían dicho que era un recuerdo de su madre, claro ella no la culpaba por dejarla en un orfanato en San Francisco, probablemente no podía cuidarla o no la quería simplemente, pero no creía en lo último.
Bajó su cabeza hacia su compañero de litera, Grover, ya que ella dormía en la de arriba.
-Hola compañero - dije con una sonrisa.
Grover abrió sus ojos perezosamente y fijó su mirada en ella con una sonrisa - Hola compañera
-Hoy será un gran día - dije mientras me bajaba de un salto.
-¿Por qué lo dices?
-Porqué lo sé, ahora vamos a desayunar
Le tome de la muñeca y lo guíe hasta el comedor, pero él me detuvo antes de tiempo.
-Oye
-¿Qué pasa?
-¡Hoy es tu cumpleaños!
Por fin pensé
-Pensé que te habías olvidado de esta fecha tan importante - dije dramatizando.
-Como se te ocurre, un día como hoy hace 16 años nació la niña más hermosa de San Francisco
-Lo sé lo sé, no hay que decirlo
Nos reímos y nos dirigimos al comedor.
Almorzamos tranquilamente y pasó la tarde, otro día sin que me adoptan pensé, otro día sin familia.
-¿Señorita Pevensie? - preguntó una voz mientras estaba en mi litera leyendo.
-¿Si? - dije mientras dejé de lado el libro.
-Venga conmigo, le tengo buenas noticias
Miles de cosas se me vinieron a la mente, pero una de ellas me impactó, me adoptaron pensé alegre.
-En seguida, me arreglo y estaré en unos minutos
-No se demore tanto - dijo con una sonrisa la directora.
Me puse un vestido blanco con unas sandalias y el cabello suelto, me miré al espejo una vez más y me dije a mí misma que esta familia si durará.
Iba saliendo y me encuentro a mi compañero algo nervioso.
-¿Qué pasa? - le pregunté.
-No te vayas con la directora
-¿Por qué?
-Hazme caso quédate en el comedor por mientras
-Esta bien, pero espero que no sea una broma tuya - dije con una sonrisa y le golpeé juguetona mente el brazo.
Al instante en que lo toqué, vi una serie de imágenes de nosotros viajando, pero Grover estaba distinto, tenía patas de cabra en vez de piernas.
Volví a la realidad y lo vi parado al frente mío.
-¿Qué pasó? ¿Te sientes bien? - preguntó mi compañero.
-Tu... Tú eres un sátiro - dije asustada.
Él abrió los ojos como platos y pude ver que le había acertado.
-¿Cómo lo sabes?
-Lo vi recién, te toque y Pum - dije haciendo gestos con las manos nerviosa.
-Charlotte, escúchame soy tu protector y como tal debo protegerte, ya van a llegar por nosotros...
-Hazel y Jason - dije mirándolo a los ojos .
-¿Cómo... - no termino la pregunta - No importa, espérame en el comedor, voy a ir por ti después
Salió corriendo mientras se sacaba los pantalones y se veía claramente sus patas de cabra moviéndose.
Me fui hacia el otro lado para ir al comedor como dijo Grover, me aseguré que no había nadie y entré.
Solo estaban las tipas que servían el almuerzo conversando entre ellas, me senté cerca de la puerta por si venía Grover.
Estaba nerviosa, ansiosa, miedo, tenía todo junto, mire de soslayo a las señoras y ellas se estaba acercando peligrosamente a mi.
Me paré de inmediato y fijé mi silla delante mío en un intento de barrera. Ellas sonreían y mientras lo hacían se transformaban en feas criaturas aladas.
-Arpias - no sabía de dónde salió eso nombre pero sabía de alguna manera.
Me saqué las pulseras involuntariamente y estas se transformaron en abanicos de oros con forma de pavos reales filosos, los mire atónitas y de alguna manera sabía lo que tenía que hacer.
Miré a las arpias con una sonrisa - Hoy no - y me lancé a ellas.

Grover

Me saqué los pantalones ya que me estaban molestando y corrí hacia el despacho en donde deberían estar Hazel y Jason hablando con la Arpia de la directora, literal.
Llegué al despacho y me encontré con Jason peleando con la directora y Hazel invocando los metales.
-Ella lo sabía todo
Jason usó su espada y le corta la cabeza, mientras se hacía polvo en el suelo, ellos salieron apresuradamente en busca de Charlotte.
Llegamos al comedor y estaba cerrado, la patee y vivimos a 3 arpias más pero Charlotte ya se había encargado de ellas.
Parecía que estuviera bailando, lo hacía con gracia y elegancia, ocupaba unos abanicos de oro con forma de pavos reales, a cada arpia que tocaba se desintegraba. Cuando terminó se arregló el vestido, el pelo y los abanicos los retrajo como pulseras y finalmente nos sonrió.

Charlotte

Terminé de arreglarme y fijé mi mirada a los chicos que estaban adelante mío con la boca abierta, me causó gracia. Me acerqué a ellos a través de los polvos de las arpias y me puse al frente de ellos.
-Hola Hazel, hola Jason - he hice una reverencia.
-Que hermosa eres - dijo Hazel.
Me reí ante su comentario.
-Eres muy linda - dijo Jason todavía con la boca llena.
Grover hizo un sonido de cabra como apoyando lo que dijo Jason.
Hazel sacudió su cabeza y miró a los chicos que seguían con la boca abierta.
-Ya, concéntrense - les pego a los dos en la cabeza.
-Emm... Nosotros veníamos a... - no terminó Jason.
-A llevarme al campamento mestizo, lo sé - dije con una sonrisa.
-Grover, ¿Tú se lo dijiste? - preguntó Hazel mirándolo.
-No, ella sabía todo antes de que le dijera
-¿Cómo puedes saberlo? - Jason preguntó.
-Solo lo sé - levanté los hombros.
-Tenemos que apresurarnos - dijo Hazel mientras corría a la salida del orfanato.
Llegamos a la salida y miramos hacia el bosque sin saber qué hacer.
-¿En qué nos vamos? - preguntó Grover.
-Las moiras - dije involuntariamente.
Los chicos me miraron con curiosidad.
-¿Grover? - lo miró Hazel.
Grover asintió y sacó un dracma de su chaqueta, la tiró al suelo y en la lejanía se veía un taxi a toda velocidad que llegó al frente de nosotros frenando bruscamente.
-Llegaron - anunció Grover mientras abría la puerta.
Entró Hazel primero, vine yo, después Jason y al final Grover.
Adelante de nosotros estaban sentadas 3 mujeres dándonos la espalda.
-Hola - dije cortésmente - A Long Island por favor
Una de las moiras se dio vuelta y se pudo notar que le faltaban los ojos, solo estaban los cuencos.
-Hola querida tanto tiempo - mostró una sonrisa.
Jason iba a decir algo pero el taxi aceleró a toda velocidad, dejándonos pegados a los asientos.
-¿Se... Se conocen? - preguntó Jason mientras trataba de sentarse bien.
La velocidad ya se estabilizó un poco en el auto.
-No que yo recuerde - dije observándola más - Aunque se me hace familiar
-Claro querida, nosotros te cuidamos - dijo la moira de la ventana girando para verme, ella tampoco tenía ojos.
-A lo mejor se confundieron de persona, yo estuve en el orfanato desde bebé - dije intentando hacer una sonrisa pero creo que salió más una mueca.
-No querida, nosotros te entrenamos y cuidamos de ti hasta los 15 - dijo alegre la que conducía.
-Pero... ¡Eso fue hace 1 año! ¿Cómo ...
Estaba confundida, cómo podría ser que ellas me cuidaran, miré de soslayo a los chicos y estaban igual de confusos que yo.
-¿Entonces quién se la entregó? - preguntó Jason.
-Emm...
Las moiras se quedaron en silencio y se miraron entre ellas, oh bueno las 2 que no tienen hicieron el gesto.
-Ella lo descubrirá después y una cosa más... Cuidado
-¿Qué?
De un momento a otro frenaron bruscamente y chocamos con los asientos de adelante.
-Au - reclamó Jason.
-Se los advertí, ahora bájense
Grover abrió la puerta y salimos, dejando ver al campamento, se veía una barrera entre el campamento y lo demás.
-El campamento está protegido por una barrera mágica - explicó Hazel.
-Ustedes no parecen ser de aquí - dije adentrándome al campamento.
-Emm... No, somos romanos, somos de otro campamento - dijo con una sonrisa nerviosa Jason.
Lo que veía era muy bonito, personas caminando tranquilamente, Cabañas ordenadas alguna muy exóticas, sátiros como Grover y algunos espíritus si no me equivoco.
-Que lindo - dije maravillada por el lugar.
-Vamos a llevarte con Quiron - dijo Jason.
Caminamos hacia una casa grande y en la puerta había un hombre en silla de ruedas.
-Hola Charlotte un gusto conocerte - dijo con una sonrisa.
-Hola - dije tímida.
-Ellos se encargarán de explicarte el lugar y todo, nos vemos a la fogata - y en eso se entró a la casa.
-Bien... Pues vamos a darte un tour
Caminamos por un largo rato, los chicos me mostraban cada cabaña y haciendo comentarios acerca de ellas.
Me enseñaron el campo en donde entrenan, el pabellón y el lugar en donde hacen el captura de la bandera.
-No traes nada de ropa, ¿Cierto? - preguntó Hazel.
Se me había olvidado completamente - Que tonta, se me olvidó
-No te preocupes algunas de la chicas te pueden prestar de sus ropas - dijo Jason con una sonrisa.
-Gracias, aunque estoy un poco cansada - di un bostezo - ¿En dónde duermo?
-Por ahora en la cabaña 11, la de Hermes - explicó Hazel - Grover me dijo que ya sabias de nosotros y que te íbamos a buscar
-Si, la verdad llevo días soñando eso
-Oh
Me llevaron a la cabaña y en la puerta había unos hermanos que dirigieron su mirada en mí
-Vaya vaya que hermosa ¿Cómo te llamas?
-Charlotte - dije con una sonrisa.
-Ellos son los hermanos Stolls, ten cuidado con ellos - me advirtió Jason.
-No le creas, somos unos ángeles aquí
-No confíes mucho - susurró Hazel.
-Bueno chicos ella es nueva y por favor cuídenla - suplicó Jason.
-Entendido - dijeron los 2 al  unísono.
Entré a la cabaña y me enseñaron en donde dormiré. Me acosté tranquilamente y cerré mis ojos, había sido un largo día.

El Secreto Oscuro de HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora