El Secreto Oscuro de Hera

Sinopsis

Un día cualquiera en el Olimpo, Hera y Zeus estaban discutiendo.
-¡Ya estoy harta de ti y de tus salidas! - gritó Hera con desesperación y rabia.
-¡¿Por qué te importa tanto que salga?! - preguntó Zeus ya molesto con este escándalo.
-¡Se que te vas con otras! ¿Por qué no puedes ser me fiel? - preguntó Hera exhausta.
-¡Soy el dios de los cielos, el mayor de todos! - dijo acercándose peligrosamente a Hera - Y puedo hacer lo que quiera
-¡Me largo! - gritó Hera mientras se iba del lado de Zeus.
-¡Volverás igual! ¡Eres mi esposa, te guste o no!
Hera enojada bajó del Olimpo hacia el mundo de los mortales. Caminaba sola por las calles oscuras pensando en su esposo y de las tantas veces que la engañaba, ella lo dejaba pasar pero ya se cansó de eso.
Escucho música de algún lugar y le hizo levantar su cabeza para ver de dónde provenía, era una especie de club en donde había muchas luces en el lugar.
Afrodita le había dicho que debía disfrutar y no rabiar tanto, que le podía salir "arrugas", tengo miles de años y sigo igual, sin arrugas le decía, pero consideró el consejo de Afrodita y fue a la fiesta.
Para empezar la música estaba hasta el tope y había mucha gente, demasiada para su gusto, estaban todos apretados bailando. Al final de la pista había una mesa larga en donde servían todo tipo de bebidas, ella se acercó pasando por la pista de baile, haciendo que los mortales se separen para que la dejaran pasar. Llego hasta el mini bar y pidió vino, mientras esperaba el refresco un hombre se le acercó y le sonrió.
-Hola ¿Cómo te llamas? - le preguntó cortésmente el hombre, que no debía pasar de los 30.
-Me llamo He... - no debía decir su nombre, aunque no creía que sospecharían de ella - Hera, un placer - dijo con una sonrisa.
-Lindo nombre, yo me llamo Robert, encantado de conocerla.
Por dentro Hera no quería hablar más con ese hombre, una por qué de alguna manera le atraía y dos ¡por qué tenía esposo! Aunque no la engañaba y todo, pero ella sabía que la amaba, bueno... Ella quería creer eso.
-¿Puedo sentarme junto a ti?
-Claro
El hombre se sentó junto a ella y le empezó a platicar, le sacaba risas a la diosa, mientras ella pedía y pedía más trago.
-Te parece si... ¿Vamos a un lugar más privado? - le susurró en la oreja a la diosa.
-Vamos - dijo con una sonrisa.
Ella estaba algo consciente de lo que estaba apunto de hacer, pero en el fondo quería hacerlo para darle una lección a su esposo.
Una cosa llevó a la otra y pasó.
Hera desesperada por lo que pasó, se mantuvo escondida de Zeus, pero no podía estar en el mundo de los mortales para siempre.
Fue al Olimpo sin que se dieran cuenta, se junto con Afrodita y le contó lo sucedido.
-No llores Hera, ya pasó - dijo Afrodita mientras la consolaba -Apenas nazca tendrás que contactar al mortal
-Lo sé - dijo Hera sollozando.
-Querías darle una lección a Zeus estabas muy enojada eso es todo
-No sé qué haré, será un semidiós y los del campamento lo encontrarán - se echó a llorar de nuevo.
-No te preocupes yo la reclamaré como mía ¿Si?
-¿Harías eso por mí? - preguntó la diosa con esperanza en sus ojos.
-Por supuesto, además será muy hermoso o hermosa no lo sé, no te preocupes Piper se encargará
-Esta bien - dijo Hera tratando de calmarse - Pero no sé cómo lo haré en todo este tiempo para esconderme
-Yo me ocuparé de eso
-Muchas gracias Afrodita
Se dieron un abrazo y siguieron hablando ya más relajadamente sobre el tema.
-¿Cómo se llamará? - preguntó Afrodita curiosa.
-No lo sé, pero tengo el leve presentimiento de que será mujer - dijo con una sonrisa.
-Entonces se llamará mmm... Charlotte ¿Te parece?
-Lindo nombre
-No puedo esperar a que nazca - dijo con emoción Afrodita.
Pasaron los meses, Afrodita encubría a Hera, mientras está buscaba al hombre que conoció.
Ya iba a nacer el bebé y todavía no encontraba al hombre, parecía que había desaparecido. Era muy tarde para preguntarle.
-¡Afrodita! - gritó Hera mientras se tomaba su panza.
Afrodita llegó de inmediato.
-¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Ya va a nacer?
-Si, llama a Asclepio ¡Rápido! - dijo con una mueca de dolor.
-Ok, al tiro vuelvo
-¡Espera! Que nadie se entere
-Que nadie se entere, entendido
La diosa salió en busca de Asclepio para que ayudará a Hera, consiguió localizarlo y lo llevó al Olimpo.
-¿Hera? - preguntó confundió el Dios.
-Apúrate por favor, después te lo explico.
Asclepio preparó todo y pudo nacer el bebé sanamente.
-Es una niña - dijo el Dios con una sonrisa.
Hera cansada le dijo a Afrodita
-Llévasela a las Moiras, ellas le enseñaran todo - Hera cerró los ojos para descansar mientras Afrodita tomaba al bebé.
-Serás muy valiente mi querida Charlotte
Afrodita llegó donde las Moiras, gracias a Hermes, y le explicó todo.
Las Moiras aceptaron cuidarla hasta que cumpla 15 y después la llevarán a un Orfanato.
Ningún Dios excepto Afrodita y Asclepio sabían el secreto de la Diosa, los siguientes años hacían como si no había pasado nada.
Aunque la Diosa Hera estaba preocupada por su hija, ella la iba a ver de vez en cuando y eso le dolía ya que sabía que el día en que estuviera lista para partir ella se encargaría de borrarle la memoria y ocupar niebla en ella.
Pasaron los años y las moiras entrenaban a Charlotte para que fuera fuerte, Hera le pidió a su hijo Hefesto que hiciera un abanico de oro especial para ella, que se pudiera transformar y todo.
En la última visita de Hera a Charlotte, le entregó el abanico.
-Hija mía, esto es un regalo para que no me olvides
-¿Por qué te olvidaría? - preguntó la niña curiosa.
-Yo te amo mucho y realmente esto me dolerá más a mí que a ti - Le salió una lagrima a la diosa.
-No llores madre yo también te amo - le dio un abrazo.
En eso Hera le quitó la memoria pero solo lo necesario, bajó al mundo mortal y la dejó en un Orfanato.
Creó una niebla para que hiciera creer a todos que ella estuvo ahí todo el tiempo, entro y la fue a dejar en una litera.
-Te amo mucho mi niña - le dio un beso en la frente - Pronto nos veremos
Después de eso se fue hacia el Olimpo triste. Ella sabía que pronto llegarán a buscarla y tendrá que seguir su camino sola.