Capítulo III

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Unas semanas después, Liam estaba más estresado que nunca con ese profesor de mierda. Estaba seguro que si su madre no fuera tan importante en el mundo de la medicina ya lo hubieran echado de la universidad, pero es que era tan jodidamente alfa su profesor que Liam no podía dejar de pensar en el parecido que tenía con su padre. Estaba estresado y lo que Liam hacia cuando estaba estresado, era partirse la cabeza pensando en una trama que escribir. Estaba en la cafetería, viendo a sus alrededores, cuando un delgado chico con pelo rubio se acercó a su mesa con un café en las manos, un lápiz y un cuaderno. Liam se acercó un poco a él y lo observo directamente, luego bajo la vista a su cuaderno.

'No se supone que los finales sean un amanecer detrás de las montañas. No se supone que la vida se vea a través de un color amarillo lleno de esperanza, no para él, no cuando tenía todo un mundo en su contra y la mayor parte del tiempo no tenía un final lindo, no hasta que llegaban las siete de la mañana y él salía de su casa, y frente a su pórtico veía el cabello más brillante que sus ojos habían visto. Después de eso ya nada importaba. Ni los sobrenombres, ni las malas palabras, ni siquiera las miradas que ponía su madre al verlo que sonreía. Solo importaba que esos ojos nunca dejaran de sonreír. Solo importaba que él brillara más que el mismo sol...'

-Disculpa, ¿tienes un lápiz? -una voz suave y de un asentó extraño lo trajo al mundo de nuevo. Liam levantó la vista al chico, que ahora eran dos y se topó con el chico de cabello como el amanecer.

-Rubio.

- ¿Qué?

-Que si -Liam busco en sus bolsillos un lápiz, siempre dejaba uno por ahí. Cuando lo tuvo entre sus dedos se lo entrego.

-Liam, ¿me equivoco? -ese había sido el chico de cabello rizado, que Liam conocía como el celo andante.

-Tú eres el compañero de cuarto de Louis.

- ¿Lo conoces? -Liam olía por allí un poco de molestia.

-Sí, se queda en mi cuarto algunas veces -Niall le pasó el lápiz a Harry y este mientras le daba un asentimiento de despedida, cogía una mochila del suelo y pasaba junto a Louis para llegar donde un omega al final de la cafetería.

Solo Harry sabía la importancia de haber tomado la atención de Louis así, al hacer que Niall se sentara en la mesa de Liam y haber hecho que hablaran. Nadie tenía que enterarse que quería unirse al grupo de amigos de Louis.

-Hey, Liam, ¿Qué hay?

-Estudio -cerró el cuaderno con lentitud y observó al chico de cabellos rubios-, ¿para que necesitaba el lápiz?

-Está yendo a los cuartos... es uno de esos momentos especiales -le contestó el chico.

-Está en celo. Él es un poco raro -incluyó Louis mirando por donde se había ido Harry-, hace unas semanas no fue a la habitación a tiempo y el celo lo encontró en la pieza. Tú entenderás mi conmoción, por lo que con mucha educación les pedí cordialmente que por favor salieran de mi habitación.

-Louis, sacaste al chico desnudo de la pieza y lo dejaste en medio del pasillo -Louis volteó lentamente la mirada a Liam, estaba mirándolo como si fuera idiota.

-Él no tenía que saber eso -Luego de eso, Louis los presento.

-Sí y bueno, es por eso que se va dos días antes de que crea que va a llegar... por lo menos es responsable -Niall comenzó a decir.

-Oh, llego tarde, ¿almorzarnos juntos? -Niall asintió a la pregunta y cuando Louis miró a Liam, este lo hizo también.

Louis dejo a los dos chicos detrás conversando, para correr a su habitación. Siempre olvidaba su maldito computador en el escritorio. Lo aliviaba que siendo omega, podía correr muy rápido, mucho más que un alfa, por lo que llego a la habitación en un suspiro de beta. Si bien estaba feliz de haber llegado, deseo no hacerlo. Esas piezas no eran como las de coito. En esas piezas tu podías escuchar que demonios era lo que pasaba adentro, por lo que Louis dos metros lejos de su habitación, pudo escuchar los incontables gemidos que soltaba un omega, porque Louis tenia bien entendido que Harry era silencioso... o no tan chillón como un jodido omega. Louis estaba decidiendo no entrar, pero su computador estaba adentro y no podía llegar tarde a clases, por lo que respiro rápidamente, y entro.

I'm Not Your Damn Omega || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora