Capitulo 5: Gracias, Ardilla

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POV SAMANTHA

Theo volvió un rato después con un paquete de papas fritas, dos bolsitas de chocolate y un bebida. La verdad es que me siento un poco mareada, no había almorzado ni cenad, me imagino que él tampoco por las ganas con las que comía el paquete de papas fritas, hasta de vez en cuando hacia lo típicos sonidos de satisfacción. Si alguien podía hacer que comer un paquete de lays fuera sexy, ese era Theodoro Turner.

-Quieres un chocolate- me susurra nuevamente en el oído. No sé qué le pasa a este chico, me ha susurrado al oído como unas cinco veces en este rato, tal vez tenga un fetiche con susurra o tal vez es peor y su fetiche son la orejas.

-No.

-¿Segura?- pone el chocolate frente a mis ojos, es un hershey cookies and creme. ¡Oh no! ¿Por qué tiene que ser justamente ese chocolate? Me doy la vuelta para mirar su cara y ver que trama, porque sé que algo trama.

Él me esté muy serio, no hay ninguna expresión que delate algún objetivo, pero creo ver una chispa en sus ojos. Cierro un poco los ojos y lo miro durante unos cinco segundos.

-Bueno si no lo quieres, mejor para mí- dice, llevándoselo a la boca.

- Espera- digo levantando la mano para agarrar el chocolate- Bueno- Él aleja el chocolate de mi mano para que no pueda agarrarlo.

-¿Bueno qué?

-Bueno

-¿Lo quieres?

-Sí, lo quiero- digo, con la mano extendida.

-Me tendrás que dar algo a cambio- dice, y creo que mira fugazmente mis labios, pero eso puede ser cosa de mi gran imaginación porque al mirarlo no hay signos de esa mirada.

-Ah, no. Para eso voy a comprar a la máquina expendedora-digo indignada- ¿Es la que está fuera de esta sala?

-Espera, espera... Solo quiero respuestas.

-¿Respuestas a qué?

- Es algo que me quedó rondando en la cabeza... Hablaste de que no podías llorar frente a alguien en quién no confías.

-Exacto.

-Ósea quieres decir que yo no soy de tu confianza ¿A pesar de conocernos desde pequeños?

-Sí, a pesar de conocernos de niños, yo no puedo confiar en alguien a quién a penas conozco verdaderamente. La confianza no es un juego, es algo que tiene mucho valor y que no se le da a cualquier persona que encuentre por la calle. Por lo mismo, cuando se te es otorgada debes cuidarla como el más grande de los tesoros.

-Creo que cada vez me sigues sorprendiendo, Adams.

- Y tú cada vez me sigues pareciendo más molesto, ardilla.

- ¿Ardilla?

- Sí, ardilla.

-¿Por qué me has llamado así?

-Porque cada vez que abres tu bocota me recuerdas a los molestos chillidos de las ardillas- digo de manera osca. Creo que va a contestarme, pero justo llegan las chicas.

Estoy molesta, me molesta que él hable de cómo era en mi niñez cuando apenas me dirigía una mirada en esa época. Además dice que está sorprendido de mí, como si hubiera esperado que yo fuera una descerebrada, estoy tan molesta que le he dicho parte del apodo que le he puesto aunque claramente no le dije que le llame ardilla por algo más tonto que chillar como una, esa fue mi furia hablando por mí.

En un momento miro hacia atrás y él me está observando con el ceño fruncido, al parecer algo que he dicho lo ha ofendido y creo que ha sido mi último comentario. Tal vez me he pasado un poco, pero la tensión y la incomodidad no son buenas en mi persona, me hacen actuar mal. No debí pagarla con él, al fin y al cabo está aquí conmigo... digo con nosotros y nos trajo al hospital. Se ha comportado excelente conmigo al saber lo de mi madre y yo le he tratado mal.

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2018 ⏰

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