It's OK That's Allergy → KaiSoo

u n o

Cuando Kyungsoo abre los ojos, un poco mareado y con punzadas en su cabeza, visualiza un techo de madera que tiene estrellas de colores pegadas por todos lados, en las paredes hay imágenes de Yuri de Girl's Generation y de Hyorin de SISTAR, el corazón comienza a latirle frenéticamente en su caja torácica y los sus ojos se abren inmensuradamente frente al descubrimiento reciente.

El lugar donde está acostado no es su cama, ni la habitación es la suya, la decoración, los libros...

—Kyungsoo pequeño, ¿ya te sientes mejor?

Y esa definitivamente no es su madre.

Kyungsoo salta de la cama asustado, maneándose en el camino y flaqueando para luego aterrizar en los brazos de la Señora Kim. La mujer le mira con preocupación mientras hace un esfuerzo sobrehumano por sujetarlo con una mano y con la otra sostener una taza de té humeante con el que había entrado a la habitación.

—¡Jongin hijo, ayudame! —pide ella, alzando la voz y haciendo que a Kyungsoo le duela más la cabeza.

Todos los sucesos anteriores a su desmayo sacudieron a Kyungsoo en un abrir y cerrar de ojos. Con detalle y lujo se recrea la escena desde que entró a la casa de la Señora Kim hasta que besó brutalmente el piso. No se explica qué fue lo que lo picó, literalmente. Pero de lo que si está seguro es que tiene los brazos y las manos rojas, y a juzgar por su reflejo en el espejo, sus mejillas también lo están.

Kyungsoo se lamenta en el fondo de su alma, porque no puede ser que después de cuatro años sin ver a Jongin, anhelando su regreso, soñando con volverlo a ver, se desmaye por una cosa extraña sacudiendo su cuerpo. Y ni siquiera fue su imaginación o un mal sueño como hasta su despertar estuvo pensando, fue real y Jongin lo vio en ese patético y deplorable estado.

—Hyung, ¿qué pasó? ¿Estás bien?

Y al parecer va a seguir viendo su estado deplorable mientras esté en su casa.

Kyungsoo se sienta en la cama todavía sintiendo el mundo dar vueltas, de repente hay dos Jongin, dos hermosos y bonitos morenos pelirosa tocando su hombro y preguntando si está bien. Y Kyungsoo quiso decirle que todo está marchando a la perfección a pesar de que, desde adentro, siente como si un batallón de hormigas va militando, quiso gritarle a moreno que está feliz por su regreso, que luce más guapo y deslumbrante que cuando se fue, pero todo atisbo de halago o coqueteo de parte de Kyungsoo queda sumido en la nada cuando esa sensación de antes vuelve con fiereza cuando la mano de Jongin paseó desde su hombro hasta su brazo.

—Dios mío —Kyungsoo siente que la piel donde toca Jongin se le hincha, y nuevamente vuelve a picarle dejándolo a él y esa imagen patética de un sarnoso rascándose como si la vida se le fuera en ello.

Es inexplicable todo lo que le está pasando a Kyungsoo cuando Jongin siquiera está cerca de él. Algo en el aire es espeso y la necesidad de respirar se vuelve imperante. Jongin no parece entender que es debido a él que Kyungsoo está casi a punto de morir de picazón y asfixia.

La Señora Kim se espanta por su piel roja y rápido decide que Kyungsoo tiene una Reacción Alérgica a Algo Desconocido. La mujer sale de la habitación gritando por todo el lugar y asegurando que tiene unas hiervas medicinales que pueden ayudar.

Kyungsoo se queda solo con Jongin en la habitación mareado y asustado. El menor no lo suelta y con el pasar de los segundos afianza más su agarre y se sienta junto a él en la orilla de la cama susurrando que va a estar bien mientras reparte caricias por su piel roja. Kyungsoo no está tan seguro de poderse mejorar.

—J-Jongin —susurra con miedo y algo se reticencia.

Jongin se acerca a Kyungsoo con cara de tragedia, como si éste estuviese en su lecho de muerte a punto de dictaminar el testamento. Su aliento caliente quema con toda fuerza el rostro de Kyungsoo porque resuelta que ahora está demasiado cerca de él y sus pestañas se ven pobladas, Kyungsoo incluso puede contarlas, uno, dos, tres...