It's OK That's Allergy → KaiSoo

d o s

Fue una proeza sacar a Jongin de la habitación de Kyungsoo antes de que este se desmayase. Fueron horas de poco respirar y rascarse mucho, Kyungsoo piensa que lo disimuló muy bien, al menos Jongin no le preguntó si tenía sarna como había hecho Baekhyun o su propia madre. Fue difícil mantener la sonrisa en el rostro cuando Jongin le contaba sus aventuras en Nueva York durante aquellos largos años, y fue difícil el no querer rascarse como leproso necesitado cuando Jongin lo abrazó para darle el regalo que le había comprado.

Kyungsoo tuvo que mantener la postura cuando Jongin se quedó más tiempo del necesario unido a sus brazos, y más aún cuando al separarse dejó un cándido beso en su mejilla, o cuando los dedos morenos de aquel hombre de sonrisas tenues rozaron los suyos propios. Fue un momento especial para Kyungsoo a pesar de todo, por primera vez Jongin estaba demostrando algo diferente a lo que él estaba acostumbrado, Jongin había dejado de decirle amigo y ahora sólo le llamaba como «Soo» «Hyung» o «Limonosoo» esa parte de la historia le hacía evocar sonrisas sinceras y hacía que su corazón se hinchara de alegría, la otra parte hacía que el resto de su cuerpo también se hinchara.

Cuando Jongin se fue Kyungsoo tuvo que bañarse nuevamente, usando el patito jabonoso para restregar toda su sensible y roja piel, tuvo que tomar anti-alérgicos para poder superar su picazón y a pesar de que la visita sólo hizo desestabilizar su salud, al mirar el regalo que Jongin le trajo y recordar sus toques, su corazón saltó de alegría. Era un pequeño collar que por detrás tenía la inscripción de «To My Dear, Kyungsoo» Jongin le había dicho que la cadena era de plata y aunque Kyungsoo le dijo que era demasiado ostentoso, Jongin le respondió que era su regalo y que se iba a molestar sino lo aceptaba.

Al menos sabía que algo en Jongin había cambiado desde su llegada, y del sólo pensar qué podía ser aquello la vida se le iba en suspiros. Enamorado al fin.

Luego de una semana, y muchas excusas para no encontrarse con Jongin durante el trascurso de los días, Kyungsoo se ve en la obligación de decirle adiós a sus preciadas y relajantes vacaciones para entrar a su segundo semestre en la Universidad Nacional de Seúl; la verdad es que es la oportunidad que ha estado anhelando para distanciarse con motivos de Jongin, tener una excusa sólida para no verlo hasta que sepa realmente lo que sucede, y aún más importante, saber cómo combatirle.

Para superar su extraña reacción alérgica, leyó libros de medicina y se documentó en internet, pero horas sentados frente al computador lo único que le dejó fue un ardor en los ojos y comezón mental cada que recordaba los toques y los besos de despedida en la mejilla de Jongin. De resto había quedado en las mismas.

Kyungsoo está completamente enamorado de Jongin, y verse huyendo de él y reaccionando de esta forma cada vez que le toca no está ayudando para nada a avanzar del lugar en el que está, la nada cómoda zona de amigos. Había decidido conquistarle con su medio metro de altura y su sonrisa en forma de corazón, y creyó que aquello era suficiente, pero estuvo equivocado, y sigue estando equivocado.

Con parsimonia camina por su habitación arrastrando sus pies al baño cuando el reloj marca las seis de la mañana; una buena ducha con agua tibia ayuda siempre a comenzar el día con un buen pie, las sales aromáticas y el olor a cítrico de su champú siempre relajan su cuerpo al punto de hacerlo flotar y tener un buenas vibras durante el día.

Dentro del baño Kyungsoo piensa exactamente qué va a hacer, no puede escapar de Jongin por el resto de su vida, aunque por el resto de su vida esté padeciendo de eso que le provoca el moreno. Sigue sin explicarse qué fue lo que pasó para que ahora se sienta de esa forma con respecto al pelirosa. Antes estaban igual de juntos, jugaban, hablaban, vivían de pijamada en pijamada sin sentir nada más que mariposas en estómago y ahora no podía ni verlo sin que la piel se le tornara roja y le ardiera desde adentro hacia afuera.