Capitulo 1

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Sebastian sentía cada musculo de su cuerpo relajarse mientras iba cayendo en un profundo sueño, realmente lo necesitaba, había pasado el día entero con su agobiante novia, Marina, la típica abeja reina de toda secundaria, con sus curvas perfectas, sus labios carnosos, sus ojos color cielo y su pelo rubio, una barbie en todo su esplendor. Él la quería muchísimo, pero sabía que solo lo utilizaba por ser el chico más popular del instituto, el capitán del equipo de futbol y además el chico más rico de la ciudad. Pensando en ella, y en como lo había arrastrado por todo el centro comercial, logrando que le comprase todo lo que ella deseaba de las tiendas más caras del lugar, fue cerrando los ojos lentamente hasta caer en un hermoso sueño...


Él caminaba por los pasillos del instituto yendo hacia su casillero, iba tan distraído que no noto a la chica que caminaba en su dirección y terminaron chocando, logrando que ambos se desparramaran por el suelo en una lluvia de hojas y libros.

Alzó sus ojos para contemplar a la persona que lo había hecho caer, y estaba a punto de dirigirle una buena cantidad de insultos, cuando sus ojos se encontraron con la chica más hermosa que había visto en su vida, ella tenía el pelo castaño claro, lacio, en muchas capas que si mal no veía caían por su cintura hasta rosar el suelo. Sus ojos eran de un color dorado intenso, con destellos del color del caramelo líquido, su nariz repingada la hacía verse graciosa, sus labios rosados estaban articulando algo, pero él estaba tan perdido observándola que no escuchaba sus palabras.

- Perdón – Logró entender que decía, y no comprendió porque le pedía perdón. Hasta que su mente se despabiló de la chica y se acordó de la situación, se levanto con un movimiento ágil y le ofreció una mano para ayudarla.

- Perdóname a mi, iba distraído. Por cierto, no te había visto antes por aca, ¿Sos nueva? – Le dijo Sebastian a la chica. Mirándola con ojos curiosos, esa chica realmente le gustaba, y su corazón estaba palpitando tan fuerte que temió que ella lo escuchase.

Ésta solo lo ignoró, recogió sus cosas y se fue. Dejando a un aturdido Sebastian solo en el sitio. Que solo se perdió mirándola ir por el largo pasillo y doblar a la derecha luego de un corto trecho.


El sonido de la alarma lo despertó, tardó unos segundos en analizar la situación, estaba en su dormitorio, y eso había sido solo un sueño. Pero bastó para que Sebastian se enamorara de la chica de sus sueños, la chica que supuso jamás conocería, porque no existía.


Luego de dar un sonoro suspiro se levanto, dispuesto a darse una ducha y salir para recoger a su novia, que como todos los días desde hacía 2 meses lo esperaba en la puerta de su casa para que la llevara al instituto.


Al salir del baño, ya despierto totalmente y frustrado de ante mano por el largo día que le esperaba, tomo las llaves de su coche deportivo, encendió el motor y manejo hasta la casa de Marina.


Ella subió al coche, le dio un pequeño beso en los labios y automáticamente lo ignoró para mirarse en el espejito que siempre portaba en su cartera, viendo si su maquillaje estaba intacto.

- Me has hecho esperar 10 minutos. – Le reclamó ella con tono furioso, una vez terminó de cerciorarse de que estaba esplendida.

- Perdón, me he distraído en la ducha, y he demorado más de lo habitual. – Le respondió él con tono pícaro, a modo de broma.

- Oh – Emitió ella. – ¿Lo has hecho pensando en mi? – Le dijo coquetamente, mientras apoyaba su mano en la pierna derecha de Sebastian, y hacía unas leves caricias.

IRREALWhere stories live. Discover now