¡Sorpresa!

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Ya ha llegado al instituto, son las siete y cincuenta y no hay nadie en de su curso en la puerta, se replantea en si hoy había huelga del curso de tercero, cuando acaba de hacerse la paranoia se hacha a reír sola, pero cuando ve que un grupo de chicos de cuarto se le acercan calla y les sonríe. Mario es el "cabecilla", Carlos es la mano derecha de Mario y Vicente es la mano izquierda de Mario.

- Me han contado que te marchas – dice Mario.

- Sí, el domingo me voy, hoy es mi último día en este instituto – contesta ella.

- ¿Dónde te vas? – pregunta curioso.

- Pues me voy a Noruega, mi país de origen – dice sonriéndole a los chicos.

- Ahh allí donde hace tanto frío, ¿no? – dice Vicente.

- Sí jaja allí donde si sales descalzo te tienen que amputar los dedos de los pies porque se te han congelado – ríe María.

- Macho, que positiva eres – ríe Mario.

- Bueno voy a ir entrando, adiós – le da un beso en la mejilla a cada uno – encantada de conoceros... - no sabe sus nombres.

- Mario

- Vicente

- Carlos

- Eso, jaja – dice María alejándose y despidiéndose con la mano.

- Que pena que no me he lanzado antes, parece buena chica – comenta Mario a sus amigos – me gusta.

- A ti te gusta todo lo que se mueve y es una chica – dice Carlos echando una carajada y recibiendo una colleja del aludido.

- Oye menos ee – se ríe – aunque sea verdad, esta chica tiene algo... mmm como habíais dicho que se llamaba?

- Ni idea

- A saber – dice Vicente.



- ¡¡¡¡¡¡SORPRESAAAA!!!!!! – grita toda la clase cuando María entra por la puerta.

- AAAI DIOOOS MIO QUE OS COMO A TODOOOOOOSSSS – dice emocionándose – OOSS QUIEROOO MILLONES ENSERIO!!!

Y todos se abalanzan sobre ella dándose un abrazo grupal, más que grupal, bueno sí, grupal pero de veintinueve personas.

- Bueno yo quería decir algo... – se oye en medio del abrazo, deshaciendo ese bonito momento – Verás, María, nos conocemos des de pequeñas, cuando a medio curso un día de 2008 entraste por la puerta ahí con tus ojazos y tu pelazo de noruega... supe que me caerías bien y que seriamos grandes amigas, pero no me imaginaba que esa amistad se convertiría en algo tan grande como lo nuestro, que más que amiga parecemos hermanas... bueno y con esto quería decirte que nos distanciamos pero nuestra amistad seguirá unida igual que nosotras, y que te quiero y te amo con todo mi corazón – cuando acaba se hecha a llorar y María también, se acerca y le da un abrazo.

- Te quiero, no lo dudes nunca – le susurra llorando al oído de Aroa, su mejor amiga.

- bueno, bueno haber, esto tenemos que despedirlo con una fiesta – dice Pablo – hoy a las diez en mi casa, mis padres se piran de viaje y esta la casa libre. TODOS INVITADOOOOSS!!!! – grita subiéndose a la mesa.

- UEEEEEEEEEE – gritan todos al unísono.

Entra el profesor al aula:

- Un momento, parad el carro bebes, ¿Qué está pasando aquí? – pregunta quitándose las gafas de lejos.

- Que María se marcha y esta noche la despedimos – salta uno por detrás de la clase.

- Y... ¿dónde es la fiesta? – pregunta serio.

- En casa de Pablo – habla el mismo de antes.

- Oye tío, ¿te puedes callar ya? - dice Pablo echando una carcajada.

- Bueno, casa de los Fuente, entonces... - el profesor sigue hablando – ¿estoy invitado? – dice gracioso.

- No, lo siento es solo para jóvenes – dice Aroa.

- E.ee xtt tu no sabes como muevo yo estas caderas – la mira fijamente – queréis una demostración? – dice subiéndose a la mesa del medio del aula para que sus alumnos lo vean mejor.

Bueno y así pasó la hora, risas por aquí, risas por allá.

Ya era la noche y María estaba deseando llegar ya a la fiesta, y faltaba poco. Se había rizado las puntas y se había puesto un vestido con un escote corazón de color verde esmeralda a juego con los zapatos, preciosa. Llegó a la fiesta la última y no entendía por qué si había salido tres cuartos de hora antes para llegar bien.

- Hemos quedado una hora antes – dice Aroa dándole un abrazo – estas perfecta, este vestido te hace un tipín, cuidado con los buitres jaja. Bueno vamos a bailar – la coge del brazo y la arrastra al centro del salón donde se ponen a bailar y a reír con todos los invitados.

En fin, la noche fue estupenda y lo pasaron genial, cuando se estaban hiendo lloraban todos, una de las chicas más majas de la clase se marchaba y no sabían si la volverían a ver.

No quiero chatear, quiero verte. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora