La luz que no te veo

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Adrian POV's

Todo empezó a darme vueltas. Una vez más. Sólo espero que no caiga en...
Mierda.
Todo se nubló.

*Flashback*

-No olvides que aún me debes idiota.-gritó Peter el padre de Katie

Dios necesito dormir y este par de pendejos vuelven a pelear. Me caga en serio que la gente me levante antes de las 2 PM.

-Que te deba no implica en lo absoluto a mi familia.-reprochó mi padre

-Papá...-esbozó Liz saliendo de su habitación con un cabello escalofriante.-¿podrian bajar la voz?.- Miguel le echó una mirada fulminante y mi hermana la entendió.-Por favor.-dijo en una sonrisa falsa

-Yo te puedo bajar otra cosa muñeca.-piropeó Peter

Y antes de que mi padre pudiera meterse, mi puño estuvo en la cara de ese imbécil.

*Fin del flashback*

Levanté y estaba recostado en una cabaña. Agradable, pero estrecha.

No esperé a saber quién me había tomado, porque lo último que recuerdo es haber caído en medio del bosque.

Revisé el lugar, y rápidamente encontré un lapiz y un papel.
En un gesto de agradecimiento, dejé una nota.

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-¿Por qué no viniste ayer Adrian?.-sollozó Lucas

-Ayer si vine, sólo me ausenté un par de horas.-reproché mientras me servía un poco de café

-¡NO! ANTES DE AYER SALISTE CORRIENDO Y DESAPARECISTE.-gritó Lucas mientras empezaba a llorar.-No lo vuelvas a hacer.-dijo con lagrimas en el rostro.-Sólo nos tenemos el uno al otro.- y con eso último salté de un brinco.

¿Cómo carajos sabe eso?

-¿Quién te dijo eso Lucas?

-Me lo ha dicho Katie.- dijo secando sus lágrimas.- estuvo aquí conmigo ayer.

-¿Qué te dijo?.-abrí los ojos como platos

-Me ha dicho que mamá y papá, están de viaje por un tiempo, y que mis hermanas están de campamento, y hasta que me recupere, sólo nos tenemos a los dos.-dijo extiendo los brazos en señal de abrazo

Me estaba poniendo de pie, pero de pronto Katie apareció y lo abrazó.

Salí de la habitación algo consternado. El no haber venido ayer, significa que estuve inconsciente un día.

De repente una ráfaga de esa noche pasó por mi cabeza.
Regresé a la habitacion le di un abrazo a Lucas, y una palmada a Katie. Tomé las llaves de mi auto y me dirigí al estacionamiento.

Mientras abría el auto, sentí pasos hacia mi. Volteé y no encontré lo que esperaba.

Porque literalmente, no había nada.

Puse en marcha el carro, y me dirgí a la casa de Katie.

La puerta estaba abierta, por lo que decidí entrar e inspeccionar un poco la casa.

Recordándo La VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora