Tacones volando

17 1 0
                                    

Luego del momento "cercano" con Kate, empecé a cuestionar si mis sentimientos seguían ahí, o todo desapareció al ver a mi padre desfigurado y a mi madre sin extremidades en un suelo frío teñido de la sangre interminable que emanaba de sus cuerpos.

A lo que reaccioné que sea como sea, aún tengo un hermano inconsciente en el hospital que día a día espera mi llegada. Así que por el momento, el suicidio está descartado de mi mente...

O al menos por ahora.

Tomé mi maleta del suelo, mientras algún inepto tropezaba con ésta. Luego de sacudir el polvo, alcé la mirada encontrándome con Steve.

Steve, mejor amigo, igual o más idiota que mi. Última persona cercana que vió mi familia.

Ese viernes por la noche llegó a casa como de costumbre a hablar con mi madre, y por los años de amistad, y porque mamá sabía que igual saldría,me dió permiso.

-Marica, no vuelvas a tomar literal cuando diga piérdete y no vuelvas.

Agitó mis hombros y dijo:

-"A la próxima, piérdete bien."

-Idiota.-dije empujándolo

-Hoy hay una fiesta cerca de la ciudad, ¿vamos?.- "preguntó" con facciones de obligación.

Maldita sea, no estoy de humor, pero tampoco tengo algo mejor que lamentarme toda la noche de un accidente que no fué mi culpa.

-¿Te pido permiso a las 9?.-cuestionó en un tono muy imbécil

Respiré hondo, tragué en seco, asentí levemente la cabeza.

Es increíble como lo perdí TODO, en un amanecer. Un día estaban, y al otro...

No.

Caminaba hacia mi casa a paso acelerado mientras una loca me perseguía en carro. Recién salía de jugar play en la casa de Steven, y bueno... LOCA.

-No te voy a hacer daño, deja de correr.- exclamó Kate mientras iba frenando en intentos por no chocar

-No estaba corriendo.-dije tomando aire

Kate sonrió de lado abriendo la puerta

-Sube, no te haré daño.-lo pensé por un momento, pero para no quedar como tonto, subí.-Al menos no por ahora...-sonrió

Miré mi reloj y sólo eran las 6pm, respiré y me dejé llevar

-¿Dónde me llevas?.-pregunté

-No lo sé, tal vez a un barranco, o tal vez a la luz de la luna o tal vez...

-Ok, entendí, no tienes ni puta idea de dónde ir.- reí.- Para aquí.-dije señalando un Dunkin'Donuts

Bajamos del auto, y entramos a la tienda, que de hecho estaba vacía y sólo se percibía el olor del café de una chica que salía al mismo tiempo que nosotros entrabamos.

-Quiero café.-esbozó Kate

-No me imagino cómo se te antojó.- nuevamente sonrió

Luego de pedir café y 8 donas, buscamos el lugar más lejano a la entrada, como costumbre de Kate.

-¿Ya me trajiste a una cita, qué quieres?

Kate miró hacia un lado, sonrió "disimuladamente" y volvió su mirada a mi,

-No es una cita idiota.-respondió

-¿Cómo le llamas a subir a un chico a un auto sin motivo alguno?

Recordándo La VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora