13. Kuroko

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3. Kagami x Kuroko. Dos meses después.

Había llegado el momento. Cada vez notaba como a Kagami-kun le costará controlarse para no lanzarse a mi cuello. Parecía un gato en celo. Por eso decidí que ya era hora de dejar el miedo y la inseguridad a un lado. Tendría que ser algo para hacerlo más romántico. Una pregunta asaltaba mi mente: ¿cómo? Pues buscando en Internet. Aprovechaba el tiempo en el que mi Luz no estaba en casa para que no me estropeara la sorpresa.

Dos semanas y varios sustos después, conseguir tener apuntadas todas las cosas necesarias para su sorpresa.

Las compré y me dediqué a colocarlas por la casa. Pétalos de flores, velas... Todas esas cosas. Terminé de colocar las cosas justo, cuando oí la puerta abrirse.

-¡Kuroko, ya estoy aquí! ¿Pero qué es esto? ¡Kuroko!

Oí como subia las escaleras hasta la habitación e intenté templar mis nervios. Cuando abrió la puerta, creí que se le saldrían los ojos de sus órbitas. Normal, iba vestido con un conjunto de lencería transparente de color rojo, del mismo color del que estaban mis mejillas.

-Kuroko, ¿qué significa esto?

- Quería darte una sorpresa. Qui-quiero que me hagas tuyo.

Abrió muchísimo los ojos cuando dije eso. Se acercó hacia mí y me dio un pequeño beso en los labios.

-¿ Estás seguro de que quieres hacerlo?

- Sí, estoy preparado.

- Está bien, si te hago daño me lo dices y paro.

Asentí. Kagami-kun fue muy dulce en todo momento. Mientras me besaba, me lamía el cuello y me mordía. Fue un poco mas brusco a la hora de prepararme, pero un pequeño tejido le hizo ser más suave. Cuando llegó el momento más... No sé cómo describirlo, Kagami-kun notó lo tenso que estaba.

-Kuroko, tranquilo. No voy a forzarte.

- No pares ahora por favor.

Me beso con pasión y se inició un baile cálido y húmedo entre nuestros cuerpos y la música la pusimos nosotros con los sonidos que salían de nuestras gargantas. No sé en qué momento, tal vez cuando terminamos, me desmayé. Había sido demasiado para mi pequeño cuerpo.

Cuando me desperté, era ya de noche. Tanteé la cama en busca de mi Luz, pero no estaba. Me asusté. ¿Y si se había ido porque ya he conseguido lo que quería? Con los ojos llorosos, me levanté de la cama pero di de rodillas contra el suelo, por el dolor que sentía en la cadera. Golpeé varias veces el suelo. Oí unos pases subiendo a toda velocidad y abrirse la puerta con violencia.

-¡Kuroko!¡Kuroko! ¡¿Que pasa?!

-¿ Dónde estabas?

- Estaba preparandote la cena.

- Creí que te habías ido.

- Jamás haría eso. Te quiero demasiado.

Intenté levantarme, pero volví a caer al suelo, sólo que esta vez, mi Luz me cogió. Me tumbó en la cama.

- No deberías hacer esfuerzos. ¿ Te duele mucho?

- Un poco...

- Descansa, pronto te sentirás mejor.

Me dio un beso en la frente y fue a buscar mi cena. El me dio de comer y como todas las noches dormimos juntos sabiendo que teníamos una vida feliz juntos.

CONTINUARÁ...

Basuke LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora