~Entre El Cielo y El Infierno~

Capítulo III

Debido a aquella visita inesperada y desconcertante no logre descansar y el dolor que sentía no desaparecía así que yo misma comencé a inspeccionarme, tenía response en la rodillas al igual que en los codos, algunos moratones y al parecer una costilla rota debido a que el impacto lo recibí de mi lado izquierdo y eso era todo.

Alguien llamó a mi puerta interrumpiendo lo que estaba haciendo.

-Puedo pasar? Era la voz de Ayato.

-Claro, pasa.

Al decir esto la puerta rápidamente se abrio dejándome ver a un Ayato muy preocupado y exaltado, llegó corriendo hacia el lugar donde me encontraba recostada y me inspeccionó de pies a cabeza con una mirada calculadora para luego abrazarme y regañarme.

-Cómo se te ocurre cruzar la calle sin mirar a ambos lados?

-Disculpa, estaba distraída Dije agachando la cabeza

-Que se le va a hacer, siempre tan descuidada.

-Lo siento, tengo que llamar al trabajo para avisar el porque falte

-Ya le marqué yo a tu jefe, no te preocupes por eso, ahora descansa. Por cierto mañana te dan de alta, vendré a recogerte y me quedaré en las tardes para cuidarte.

-No es necesario, puedo cuidarme yo sola, no tienes por que molestarte en cuidarme.

-Tonta, cómo crees que te vas a cuidar tu sola si estas lastimada, no intentes hacerte la fuerte ya te e dicho que no es necesario que lo hagas cuando estoy yo contigo.

-Está bien, me imagino que no aceptas un no por respuesta.

-Exacto, se nota que me conoces. Dijo el con una sonrisa que rápidamente me contagió

-Bueno, entonces te veo mañana.

-Si, Descansa pulga

-No me digas pulga! Dije inflando las mejillas

-Bueno no te digo pulga. Dijo besandome la frente haciendo que me sonroje.

-Adiós, cuidate.

Su visita me hizo muy feliz pero al caer la noche no pude dejar de pensar el la extraña figura que se me había aparecido y repitiéndose constantemente como sabía toda esa información sobre mi, deseaba ansiosamente que llegará la mañana.

Bueno aquí una pequeña compensación por no subir capítulos uwu