Amnesia

21 0 0
                                    

Te despiertas.

Estás en un hospital.

No recuerdas cuando ni como quedaste inconsciente pero tampoco tratas de recordar.

Buscas algo alrededor de la habitación, algún indicio que te diga dónde estás, pero no encuentras nada.

Decides irte, así que juntas la ropa que se encuentra junto a tu cama y te vistes para largarte rápidamente de allí.

No estás seguro de si esa ropa es tuya, pero piensas que debe serlo ya que es un cuarto para una sola persona.

Al salir de la habitación notas un ambiente extraño, no sabes que es hasta que... ¡eso es!

NO HAY NADIE MAS QUE TÚ.

Te sientes confundido, es decir, es un hospital ¿No tendría que haber enfermeras, pacientes y doctores por todos lados?

Pero no, solo estás tú.

La situación te pone incomodo, tienes un mal presentimiento sobre esto.

Te preguntas que fue lo que sucedió mientras estabas inconsciente.

Quieres largarte de allí desesperadamente.

Corres por los pasillos hasta la puerta y lo ves, ¡está cerrada con cadenas y candado!

Te desesperas, ¿Qué está pasando? ¿Quién te encerró ahí?

Tienes miedo de gritar por ayuda, pues temes que quien te encerró allí pueda regresar y seguir con cualquiera que fuera su propósito.

De todos modos, ¡no quieres averiguar quién diablos es él!

Quieres recordar sobre la última vez que estuviste consciente pero no tienes tiempo si quiera de respirar.

¡MALDITA AMNESIA!

¡Debes salir y rápido!

Corres hacia la puerta y tiras del picaporte, sacudiendo las cadenas a su vez, aunque sabes que tu esfuerzo por abrirla es en vano.

La desesperación ataca de nuevo y sufres el mayor miedo que has tenido en toda tu vida.

Recorres los pasillos buscando algo que pueda romper el candado.

Encuentras en la pared un extintor de incendios y decides golpear el candado con eso, tal vez consigas romperlo.

Tomas el extintor y vas hacia la puerta de nuevo.

Una vez allí, golpeas desesperadamente y con todas tus fuerza el maldito candado.

Luego de unos diez golpes el candado se rompe y cae al suelo.

¡SI! ¡ERES LIBRE!

Una vez fuera buscarás a la policía, y cuando todo este tema acabe todo volverá a la normalidad. Pero primero debes escapar.

Sacas las cadenas que rodean el picaporte y abres la puerta.

Lo que ves te deja paralizado...

... ves una carretera destruida y, en ella, lo que parecen miles de monstruos y todos vienen hacia ti.

Todo el ruido que hiciste al romper el candado les ha advertido de tu existencia y te ha puesto en su mira.

Corres por los pasillos buscando donde esconderte.

No miras atrás en ningún momento, pero sabes que te siguen porque escuchas el sonido de sus pasos detrás de ti.

Te encierras en el baño de tu antigua habitación y cierras la puerta con traba.

En un segundo estarán sobre la puerta y no sabes si ésta resistirá cerrada por mucho tiempo.

¡Espera! ¡Recuerdas todo!

El lugar donde estás... ¡es un refugio!

Todos salieron a buscar alimento, dejándote aquí debido al accidente que tuviste el día anterior.

Son pocos y por eso debían ir todos juntos.

La puerta no estaba cerrada para mantenerte dentro, estaba cerrada para mantener afuera a esos monstruos...

Los escuchas rasgar la puerta con sus garras.

Ya le han hecho una pequeña fisura a la puerta, por lo que sabes que entrarán eventualmente.

No tienes donde escapar.

Esperas tu muerte sabiendo que arruinaste la única oportunidad que tenían, tanto tú como tu familia, de sobrevivir a éste nuevo mundo.

La puerta se rompe...

Historias de terror, Creepypastas y mas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora