Jake conducía un impala del 67' color borgoña. Su sonido mientras nos deslizábamos por el camino asfaltado era más como un ronroneo suave. Era un bonito y antiquísimo carro. Se notaba que se gastaba buena pasta en él porque estaba muy bien conservado. Jake tarareaba y me miraba cada ciertos exasperantes segundos con sus ojos azules como cielo de verano sin parar de sonreír.
Cuando aparcó pude ver el pub al que me había llevado Kat antes. Caminé cuidando de no tocarle ni si quiera de forma accidental pero él se esforzaba por permanecer a mi lado, buscando algún tipo de contacto que yo no quería ofrecerle. Nos sentamos en una mesa bastante apartada y pedimos unas cervezas.
Mientras la bebía de sorbos pequeños empezaba a observar realmente a Jake. Parecía tan joven que parecía poli en entrenamiento, sus ojos azules parecían estar sonriendo todo el día. Como si un aura positiva estuviera con él todo el tiempo y eso... no debe ser normal. No creo conocer a persona más desquiciantemente positiva y risueña.
Como el sol. Así es el.
No importa que mi mundo esté gris y lleno de sacrificio o mentiras. A él le da igual, porque siempre podrá compadecerse y ofrecer al mundo alguno de sus rayos para iluminar rincones y monstruos como yo.
Así mientras más luminosa y sanadora es su compañía más miserable me siento a su lado. Como si algo roto quedara exhibido en una vitrina. Es la forma en la que terminé orbitando a su alrededor, o quizás es más al revés pero me terminé por acostumbrar.
Un sorbo amargo de cerveza me cruzó la garganta y volví a concentrarme en las palabras de Jake. Él no tenía la culpa de ser un astro frente a la oscuridad. Él no tenía la culpa que su brillo me hiciera sentir miserable.
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Hunt me
Werewolf-No confíes en nadie-Una voz en mi cabeza grita que jamás debo mostrar debilidad. Jamás cierres los ojos. Jamás dejes de vigilar.