Quería hablar de algo diferente así que le comencé a preguntar por Alan. Él me contó algo de la historia, al menos la historia a la que tenían acceso por medio de las habladurías de un pueblo tan pequeño donde todos se conocían.
La madre de él manejaba el restaurant. Vivía con un hombre que era un completo vago dedicado a la bebida. La trabajadora señora tardó años en advertir que el hombre maltrataba a su hijo y para cuando se dio cuenta el niño se había transformado en una persona tímida y asustadiza hasta de su sombra. Silenciosa víctima de horrorosas humillaciones que aunque supo que existieron, porque si ocurrieron. Le costó años creer.
Finalmente resolvió comenzar a llevar a Alan al trabajo y de a poco pero con mucha dificultad logró sacar a ese hombre de su vida.
Jake seguía complementando la historia con detalles que la misma gente del pueblo iba agregando porque claro, de seguro Jake era tan sólo un bebé cuando estas cosas ocurrieron.
Ahora podía entender por qué Alan escogía refugiarse en la cocina.
Terminé teniendo una muy buena noche con Jake. Demasiado buena, me agradaba mucho Jake. No quería arruinarlo, incluso cuando él me pasó el brazo sobre los hombros hice lo que pude para evitar un momento incómodo. Me deshice en cuanto pude de su cálido abrazo y me subí a su bonito auto.
Sintiendo de nuevo que el aroma de Jake me inundaba la nariz. Era increíble la forma empalagosa en que olía. Era una mezcla rara de perfume de hombre y un olor de azúcar quemada.
Esa era su esencia.
***
La abuela me esperaba dentro con una expresión horrenda. Me estaba reprochando que hubiera salido pero ella no tenía una mierda que reprocharme. Ella se había ido por días y no me decía a donde iba o venía.
Nos miramos la una a la otra sin decirnos palabra. Sabía lo que yo estaba pensando.
—Buenas noches—Dijimos ambas antes de irnos a dormir y evitar soltar toda la mierda que teníamos dentro. Por ejemplo podría preguntarle por qué tenía sangre seca en la suela del zapato. Los secretos eran parte de nuestro pan de cada día.
Siempre resultaba así. Nos terminábamos echando en cara cosas que habían pasado años atrás. Cosas dolorosas de las que no queríamos hablar.
***
Salí enojada en la mañana. El maldito pueblucho de mierda en el que siempre llovía, tenía moho hasta en el moho y había un intenso olor a bosque—siempre—estaba yo peleando con mi paraguas cuando el Impala de color borgoña se estacionó frente a mí y su conductor me abrió la puerta del copiloto como una forma de invitarme a su cálido interior.
— ¿Vas a dejarme al trabajo?—Pregunté incrédula. Acomodándome los mechones de cabello y secándome la cara llena de gotas de lluvia.
—Solo si me das el primer café del día—dijo Jake arrancando. Joder, este chico me estaba agradando en serio.
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Hunt me
Werewolf-No confíes en nadie-Una voz en mi cabeza grita que jamás debo mostrar debilidad. Jamás cierres los ojos. Jamás dejes de vigilar.