N u e v e.

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Ryan y Alan se encuentran sentados en el césped húmedo, mientras comen unas donas, tratando de recordar el pasado.

—Ya nos brincamos dos clases, y aún no pensamos nada, Alan ¿podrías dejar de mirar a las porristas? Y mejor mirarme a mí que te estoy hablando.

—Perdóname, pero prefiero mil veces verlas a ellas que a ti. Lo siento pero no eres mi tipo. —Lo dice sin apartar la mirada de aquel lugar.

Los dos están sentados justo enfrente de donde las porristas están practicando su rutina.

—¡Deja de decir idioteces y mejor ayúdame!, que para eso te conte lo de la loca.

—El que debería de saberlo eres tú, pero tienes razón, los amigos se ayudan. Pero fue tu error venirme a traer justo aquí.

—Tal vez tengas razón, fue una mala idea venirnos a sentar aquí, pero es que ahora no pienso cuerdo, tú sabes, todo se me juntó. Estoy a punto de reprobar matemáticas, la loca de las notas, el atender mis admiradoras, y además los entrenamientos. Ser yo es muy difícil. —Ryan decide levantarse del césped cuando recuerda algo importante. —¡Es verdad los entrenamientos! —Dice mientras se toma la cara. tenemos entrenamiento en 15 minutos, —Se lo dice mientras lo jala de su camisa. —Ya sabes que no podemos llegar tarde, además el entrenador se la trae contra mí, bien que sabes, así que levántate ya, que te van a poner a dar 50 vueltas a la cancha y a mi 100.

Alan se levanta y mientras se limpia el trasero, nota algo extraño; sus pantalones están húmedos.

—Estoy seguro que no fue provocado por las porristas. —Lo dice mientras sigue tocándose el trasero, —¡Esto es tu culpa!, ahora parece que me orine.

Ryan se empieza a burlar de su amigo, pero poco le dura el gusto, pues después recuerda que él también estaba sentado en el mismo césped.

—También parece que yo me orine, ya no es gracioso. Vámonos rápido a los vestidores, antes de que alguien nos vea.

Pd: Te amodio [BORRADOR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora