ochenta

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Estaba furiosa, no sabía porqué, tal vez seria que mis ataques nerviosos estaban de vuelta y eso no era bueno. Me daban ataques de ira y rompía todo lo que había en mi camino, como ese día que fue tanto el enojo que mande al hospital a mi amiga.

Nunca me lo perdono.

Y eso se sintió fatal.

Camine por los pasillos contando hasta diez, para que se me pasara la ansiedad y el enojo, todo iba bien hasta que kevin se le ocurrió ponerme frente ami.

Muévete, por favor.  masculle.

— Eso lo debería de decir yo, ratita  me dio un empujón y di pasos atrás.

 No quiero problemas kevin, ya déjame en paz.  —hice puño mis manos.

 Quiero que lo tengas guardado en tu cabeza, he. Jamás te dejaré tranquila.  me empujo de nuevo y mi paciencia se estaba agotando.

 ¡Lárgate!  grite furiosa, mi puño impacto a su barbilla.

Él no se mutuo, pero sí se tocó a dolorido la área, me miró furioso.

Y hizo lo que nunca pensé que haría.

Me golpeo.

Caí en seco, mi trasero tocó el frío piso y me pare con dificultad. Me había sacado el aire.

Su semblante cambio de enojado a arrepentido al ver mi boca ensangrentada.

  — Hijo de puta — escupi con enojo y despues me fui corriendo.


"Oye Mía"  |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora