Alex: Sueños Y Monstruos

Capítulo 5. Un hermosa vista

- ¿Lista?

- Si, vamos – dice Abigail saliendo de la casa y cerrando la puerta.

Desde que me desperté, tenía a Abigail en mi mente. Solo ella, nada ni nadie más. Ni esos sueños que me habrían mantenido pensativo todo el día. Con Abigail solo en mi mente, la mañana se me había pasado volando.

Muy profundo en mí, una voz me gritaba: ¡Es hoy, es hoy!

Rio ante aquello y vuelvo a mirar a la mujer que tengo en frente.

- ¿Qué te gustaría hacer primero? – pregunto curioso ante la variedad de opciones que tenía para ella – Dime cualquier cosa o actividad que quieras hacer y yo me encargo de ver qué lugar mostrarte - Ella asiente con la cabeza y pone una cara pensativa.

Si bien es cierto esta ciudad es muy bonita, pero no sabía que preferiría ella. Pensé ¿Qué pasaría si el lugar que elijo no le gusta? ¿Y si se aburre? ¿Y si por ello ya no me quiere ver más? Tenía pensado, primero llevarla a algún parque para platicar y caminar un poco, y así conocer más sus gustos. Luego, recorrería con ella la ciudad entera si fuese preciso.

- Una vista hermosa – dice después de un momento – Me gustaría ver algo que me motive a querer quedarme en la ciudad – sonreí por su respuesta.

- Tengo el lugar perfecto

Caminamos hasta el auto, hoy había elegido un Porsche. Abro la puerta para ella y después rodeo el carro para subirme y ponerme en marcha hacía una vista hermosa.

Después de treinta minutos, llegamos a un malecón. Estaciono el auto y me bajo para abrir la puerta de ella. Ella se baja y comenzamos a caminar. Ninguno ha dicho algo desde que nos pusimos en marcha. Salimos del estacionamiento y el silencio se va volviendo incómodo.

- Ehm... - murmura – ¿Este es el lugar?

- Si y no – responso algo nervioso, a lo que ella solo asiente – Estoy seguro de que te va a encantar este lugar, pero aún no es el momento. - ... - Te parece si primero vamos por un helado – digo señalando una heladería.

- Vamos – nuestra vista se encuentra por un momento y puedo sentir como esos hermosos ojos provocan algo en mí.

Ambos pedimos helado de chocolate, pero decidimos comerlo fuera. Nos sentamos en un tipo parque y volvimos al silencio. Ese silencio que a medida que pasan los segundos se vuelve incómodo. Necesito decir algo, no quiero que sea la peor cita de su vida. Piensa Alex, piensa...

- ¿No te incomoda el silencio? – pregunto finalmente lo primero que se me vino a la mente.

- Pues si... mucho la verdad – dice riendo – ¿De qué quieres hablar?

- Mm... no sé... qué te parece si empezamos por tu apellido – sonrío.

- ¿Es enserio? – dice aun riendo mientras yo solo asiento con la misma sonrisa – es Moore, Abigail Moore. Ahora dime el tuyo.

- McWood, me llamo Alex McWood. Mucho gusto – digo alzando mi mano para estrechar la suya como si recién nos estuviéramos conocido.

- Y bien, Alex Mcwood... ¿Qué más te interesaría saber sobre mí?

- No lo sé... ¿Qué te gusta hacer? ¿Cuáles son tus hobbies?

- Pues... Me gusta leer, escuchar música, si puedo... viajar. También me encanta bailar, bastante la verdad. Salir con amigas e ir de compras como a la mayoría de mujeres – sonríe – y muchas cosas más ¿Qué hay de ti?