(2t) Capítulo 25: Abandonada.

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Antes de empezar, perdón por no subir capitulo antes, he tenido algunos problemas... Pero ya estoy aquí! Que lo disfrutéis!

-Narra Héctor-

-Pues haz lo que te de la puta gana!-Arranque y me fui a las tiendas de campaña.

Me baje del coche todavía enfadado por mi conversación con Patri. Con todo lo que había hecho y aún no podía perdonarme?

-Señor Rodríguez-Me llamó la secretaria-Se nos a acabado la leña para esta noche.

-Ahora voy con algunos empleados más a por leña.

-Los que vayáis a ir deberíais comer primero.

Después de comer yo y unos cuantos empleados más fuimos al bosque a por leña. Estuvimos una hora cogiendo ramas partiéndolas y cargándolas.
Una vez que tuvimos las suficientes volvimos al campamento.

Cuando llegamos la recepcionista se acercó a mí.

-Señor Rodríguez, ha visto a Patri?

-Aún no ha llegado?

Ella negó con la cabeza.

Mierda, hacia horas que debería de haber llegado,que imbecil fui al dejarla venir sola. Solo tenía que seguir el camino y habría llegado. Y si le había ocurrido algo?

Corrí hasta el coche dejando a Vane con la palabra en la boca y me fui en busca de Patri.

-Narra Patri-

No sé cuánto tiempo llevaba andando. Estaba tan enfadada que había decidió irme a casa, y si, a pie.

Cuando lo pensé parecía buena idea, ahora no tanto.

El sol empezaba a esconderse y empezaba a hacer frío. Y encima solo iba en bañador, lo que hacía que el frío se notase más en mi.

Abrazada a mi misma en un intento de sentir más calor seguí el camino cada vez más arrepentida.

Estaba muy cansada, pero realmente no era el momento de parar a descansar.

"A lo mejor hay un atajo por el cual pueda llegar antes..."-Pensé.

Mire a mi izquierda por donde había una cuesta. Intenté apartar las ramas para bajar más fácil, pero solo conseguí resbalarme y caer rodando.

Creo que en mi vida había comido tanta tierra.

Me levanté dolorida debido a que no llevaba nada, solo el bikini, me hice muchos rasguños y heridas.

Escuche agua que sería probablemente un río cercano, decidí acercarme para quitarme la tierra que llevaba encima.

Justo cuando estaba a punto de llegar empezó a llover.

-Se puede saber que he hecho yo para merecer esto?-Dije quejándome.

Me fui debajo de un árbol y me apoyé en el tronco esperando a que parase de llover. Estaba helada pero si seguía andando me mojaría más aún.

Me abracé a mí misma y me acabe quedando dormida.

Desperté cuando la lluvia había acabado, el frío había llegado hasta mis huesos. Subí la rampa por la que había caído como pude, a pesar del dolor de mis heridas y me senté en el borde de la carretera a esperar a que pasase algún coche.

Un último adiós. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora