No está para nada cuerdo, lo sé por las ojeras de debajo de sus ojos y por su sonrisa triste.
Nunca había visto sonreír a nadie de esa forma.
Tiene la mirada perdida.
Coge el lápiz con la izquierda y se lo enreda en el pelo pesando cuál será la siguiente poesía que escriba.
Más de una vez miré su cuaderno sin que pudiera verme, solo escribe cosas tristes y con poco sentido.
Se nota que vive en su mundo, apartado de la realidad.
Es lo mejor que puede hacer.
Una persona tan frágil no está hecha para un mundo tan duro.
Nadie logra entenderlo, a veces, ni si quiera yo.
Solo hubo una persona que consiguió hacerlo completamente feliz pero cuentan que la perdió.
A lo mejor desde ese día tiene esas ojeras o esa sonrisa tan extraña, la verdad esque no lo sé.
Quizás algún día le hable y le pregunte.
Sé que no me responderá pero me gustaría saber que es aquello que ocultan sus ojeras.Dicen que los poetas y los locos son los únicos que hablan de ellos en tercera persona, quizás yo tenga un poco de cada uno.
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¿Qué título se supone que lleva mi alma?
PoesíaHe conseguido volver a escribir, y que ninguno de mis versos, escondan tu nombre.