Prólogo.

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¿Nunca te has detenido a pensar en como un segundo, una palabra, una mirada, una sola cosa puede cambiar tu vida y darle un giro de 180°? Yo no lo había pensado, siendo sincera.
Mi vida consistía en ir al mismo colegio al que asistía desde preescolar, vivir en la misma casa en la que había nacido, juntarme con las mismas 3 amigas, volver a casa a comer, ir a entrenar, terminar a las 6:00 p.m., regresar a casa, "platicar" con mis padres, salir a cenar o dejar que mamá experimentara unas recetas de comida que sus compañeras del trabajo le habían recomendado, e ir a dormir para repetir todo al día siguiente.

Mi vida era aburrida, cotidiana, tediosa. No conocía a alguien con una vida tan mundana como la mía.

Hasta... hasta que lo conocí a él.

Siempre he dicho que hay una "yo" antes de él y una "yo" después de él.

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