Mi historia con Rodrigo comienza cuando íbamos los dos en la preparatoria, mi vida sufría cambios contantes, siempre era un ir y venir, y todo porque éramos nómadas en la busca del empleo que nos sacaría de la pobreza.
Por lo cual, jamás tenía la estabilidad que hubiera deseado, siempre siendo la chica nueva de la escuela, la que causaba expectativa pero al mismo tiempo recelo.
Desde que tengo memoria, las cosas habían sido de aquel modo, y aunque al principio me gustaba ir y cambiar, ser nueva y adaptarme; al paso de los años me di cuenta que en mi vida futura tendría muchas consecuencias.
Nunca fui la clase de chica que todos amaban, es más, en su mayoría, aun sin conocerme muchos me detestaban. Desde niña tuve un sentido del humor poco convencional, acido e incluso algo cruel; al haber experimentado cambios tan frecuentes de casa, mi personalidad era muy madura para mi edad desde que era una niña, y eso, jamás favorecía. Los niñas me miraban raro; use anteojos desde muy temprana edad y mi madre siempre me prefirió con el cabello corto que además al tener un color rojo anaranjado y ser rizado, me confería un aspecto desordenado, en conjunto con mi complexión ultra delgada junto con mi piel apenas coloreada daban la sensación de que en vez de ser una niña era un goul.
Los profesores siempre me preferían en cuanto me conocían, nunca fui una alumna promedio, siempre brillé; por mi rareza, mi inteligencia o mi imagen, siempre brillaba.
Pero todo el brillo que había tenido todos esos años, toda la luz que en mi existía, desapareció.
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El paradigma del Amor
De TodoRegina y Rodrigo están profundamente enamorados, ambos llevan una vida tan distinta del otro que es precisamente por esto que se complementan el uno al otro. Pero muchas preguntas acosan la inestable mente de Regina ¿El amor es real? no el que sient...