Capítulo #4: "La verdad"

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Trato de pensar en cualquier simple forma de salir de éste maldito salón, pero, ninguna idea llega a mi cabeza, y el estrés se apodera de ella.

Me levanto de mi asiento, con las miradas de los demás dirigidas hacia mí.

Caminando, paso por el estante que tiene cosas que se supone "enorgullecen" ésta escuela. Los típicos premios que cualquier escuela se gana.

Mi mirada distraída, logra captar algo raro en una foto que está dentro del estante, es una foto grupal de la generación de 1997-2000, mi primo también estuvo aquí hace dos años, y me contó algo acerca de esa generación de alumnos.

Por lo que recuerdo que me contó mi primo, esos alumnos tuvieron un accidente, y murieron sólo las chicas de ese grupo, mi primo también me dijo que las investigaciones demostraron que las chicas que estaban dentro de ese salón, fueron incineradas por un grupo de varios chicos, entre ellos una chica, que le jugaron una broma a las chicas para que sólo ellas fueran a la escuela ese día y no los chicos.

Mi primo dijo que desde ese incidente, el salón estaba desecho, completamente quemado e inservible, pero, cuando yo llegué a ésta escuela, los maestros nos dijeron que éste salón era nuevo, o reconstruido, aunque nunca nos dijeron por qué.

¡Dios mío! ¿¡Cómo no me e dado cuenta!?

Salgo de mis pensamientos y reacciono.

—¡Evan, ayudame a prender la televisión!— le grito a Evan, un compañero que me agrada del salón.

Evan se acerca nervioso.

—¿Para qué?— Él tenía tanto o más miedo que yo.

—¡Tú sólo prende la televisión!— en estos momentos, ni yo tengo claras mis ideas, pero lo que si sé, es que sabré por qué pasan éstas cosas.

Evan comienza a desenchufar cables y oprimir algunos botones.

—Se supone que debería funcionar, no tiene nada— Responde Evan.

—¿Qué? No, algo tiene, hace un rato se apagó sola, algo tuvo que haberle sucedido— ¿Cómo no iba a tener algo?.

—No te miento, la televisión está bien, sólo enciendela— debo confiar en él.

Con los nervios de punta, y el miedo recorriendo cada célula de mi cuerpo, oprimo el botón.

Evan estaba en lo cierto, la televisión se encendió, aunque al principio, todo se ve borroso, poco a poco la imagen se aclara, y puedo ver de nuevo el vídeo que hace un rato estaba reproduciendo.

El vídeo estaba en la parte donde se veía como las chicas de adentro del salón comenzaban a quemarse, y los otros chicos de afuera del salón corrieron.

Pero, la grabación continúa, y veo que uno de los chicos que causó el incendio regresa y comienza a reírse, salta de gozo y se quita la capucha, dejando ver que en realidad no es un chico, sino una chica.

Esto me deja boquiabierto, ¿¡cómo alguien puede ser tan cruel para hacer eso!?.
No puedo dejar de imaginarme el sufrimiento que debieron pasar las chicas de aquel salón.

El vídeo aún continuaba reproduciéndose, y me doy cuenta que en la esquina inferior derecha de la televisión, hay una fecha de grabación, y esa fecha dice 13/03/2000.

¡Ese día es hoy, sólo que con otro año!

Y sin terminar la grabación aún, la televisión hace cortocircuito y se apaga.

Ahora, no puedo decir que las cosas se han vuelto lógicas, en realidad son más implícitas de lo que creí, pero por lo menos, las cosas hilan un poco, y las dudas en mi cabeza se van acabando.

Por lo menos, ya sé que esas chicas y ese salón, son éste salón, y que de alguna rara, muy curiosa y abstracta forma, éste salón está maldecido por lo que pasó en ese tiempo.

Dios, el sólo pensar en el dolor que pasaron las chicas de ese salón, se me eriza la piel.

Pobres chicas, es que no me lo puedo ni creer, ya suficiente tengo con todo lo que ya nos pasó, y con algunos compañeros ya sin vida en el mismo salón, y además, que la mayor parte de ellos son mis amigos.

Necesito un respiro, un momento de descanzo, para despejar mi mente de todas estas locuras, de tanto dolor, y poder por lo menos, tratar de entender todo esto.

—Angus, ¿y ahora qué?— Evan tiene la misma puta pregunta que yo.

¿¡Cómo diablos saldremos de aquí!?
Aunque el vídeo explicara muchas cosas, no ayuda en nada, no salimos del mismo problema, ya no tengo ideas, ya nada resulta, todo ya lo hemos intentado y sólo logramos empeorar las cosas.

—No... No lo sé Evan— no logro gesticular bien las palabras.

Con la mirada perdida, y el andar perdido, camino hasta una esquina del salón y me siento en posición fetal.

Siempre que me estréso con algo y no encuentro solución, me siento en el piso en posición fetal e intento pensar las cosas.

Las luces del salón comienzan a prenderse y apagarse de nuevo, pero ésta vez, todo el salón tiembla, como si estuviese en un terremoto.

Todos los chicos nos asustamos y nos agachamos para protegernos, aunque no pasa nada porque pronto eso para.

De pronto, puedo notar que las chicas que antes estaban inconscientes, levantan su torso, mirando al frente sin expresión alguna en su rostro, aunque, tienen algo diferente, que sus ojos son completamente negros.

Dios, esto no puede estar pasando, ellas están...

Atrapados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora