Capítulo #5: "¿Ahora lo entiendes Angus?

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Ellas están... Fijando su mirada en mí, Rodas las chicas, sin ninguna excepción, entre ellas incluida Kyla.

Su mirada es penetrante, y no dejan de observarme ni un segundo, sin expresión alguna.

-¿Ahora lo entiendes Angus?- preguntan todas las chicas al unísono.

La duda, el terror, y la desesperación son los sentimientos que atormentan mi cabeza en éste momento.

-¿¡Entender qué!? - me atrevo a preguntar.

Sus miradas siguen firmes sobre mí.

-Ustedes, ni nadie debería estar aquí- dicen al unísono.

El miedo es tanto ya en mí, que no me permite mover ni un solo músculo.

Sin decir nada más dejan de observarme y miran al frente. Se levantan de sus butacas y caminan al frente, en la pared central del salón.

Una vez todas ellas juntas me miran de nuevo, sus miradas, sus cuerpos, ellas, parecen ser controladas por la misma persona.

Caminan juntas hacia mí, y como acto instintivo retrocedo unos pasos hasta que mi espalda choca con la fría pared del salón.

-¿¡Qué es lo que quieren!? ¿¡Qué está pasando!?- la desesperación ya es inaguantable en estos momentos.

-Dejanos refrescarte las cosas- dicen ellas de nuevo al unísono.

Kyla, como si estuviera poseída por algo o alguien, me toma de los hombros y me mira. En ese momento, puedo sentir que estoy dentro de una película de verdadero terror.

Es como si me hubiese transportado en el tiempo a una época que desconozco.
Estoy en el mismo salón, pero lleno de solamente chicas, chicas que a jugar por sus ropas y sus peinados, son de años anteriores.

-¿Hola?- me atrevo a preguntar a una chica que pasa por delante de mí, pero no me hace caso.

Puedo ver como comienzan a alborotarse, y a acercarse a la puerta, empiezan a gritar a pedir ayuda.

De pronto las chicas retroceden y maldicen a quien quiera que esté del otro lado de la puerta.

¿Qué es lo que les pasa? ¿Por qué reaccionan así?

De pronto, sólo gritan como temiendo, y saltando, como si quisiesen deshacerse de algo en sus pies.

Ahora que se separan un poco, puedo ver que en sus pies hay fuego, el cual se exparse rápidamente.

Y ahora todo tiene concordancia, lo que en estos momentos estoy presenciando son las mismas chicas del vídeo de seguridad que vi hace un momento en el salón, y lo que ellas ahora buscan, es vengarse, quieren que nosotros sintamos lo que ellas sintieron en ese momento.
El fuego comenzaba a invadir todo el salón y q convertirse en una escena de gritos y dolor.

Es demasiado, el tormento que las chicas debieron sentir allí, el dolor en su piel, y no recibir ayuda de nadie. No puedo más con esto, el simple hecho de estar ahí viéndolo me da pánico, me da horror, me causa un sentimiento de impotencia muy grande.

Cierro mis ojos, y retrocedo unos pasos, hasta poder recargarme en la pared.

-¡Está bien! ¡Ahora entiendo todo!- grito.

De pronto, en la pared en la que estoy recargado tal pareciese que se desvanece, porque caigo hacia atrás, como sí estuviera callendo en el vacío.

Y de la nada, siento como si mi alma volviera a mi cuerpo, porque vuelvo a estar de frente con Kyla mirándome fulminante.

Como acto instintivo, me dejó caer en el suelo y comienzan a brotar lágrimas de mis ojos.

-Yo entiendo que sufrieron, pero nosotros no tenemos ninguna culpa- digo entre sollozos.

Ellas se alejan de mí y de pronto, caen al piso nuevamente inconscientes.

Siento mi cuerpo muy cansado, y me duele todo.

Me levanto del suelo con dificultad y me dirijo hacia los demás chicos.

-¡Debemos salir de aquí, ellas no pararán hasta que nos vean muertos a todos, una forma de salir debe de haber!- les grito.

Pero es poco lo que alcanzo a decir, porque de pronto, todos los chicos se tocan su cuello, tornándose sus rostros rojos, y jadeando, tratando de respirar.

-¿¡Y ahora qué les sucede!?- pregunto mientras me hacerlo a ellos.

Al estar a su lado, trato de hacerlos respirar golpeándoles en la espalda, o apretado su pecho, pero nada funciona.

De uno a unos comienzan a caer al suelo, asfixiados por algo o alguien.

La desesperación es algo que no puedo evitar contener, y comienzo a jalar de mi cabello y a gruñir.

Sin darme cuenta en donde piso, caigo en el suelo y me acuesto en él en posición fetal.

Las lágrimas se vuelven a apoderar de mí.

-¡Sólo Dejenme salir de aquí, por favor!- imploro.

De pronto, las butacas empiezan a temblar frente a mis ojos, y de la nada, pequeñas flamas de fuego se esparcen por todo el salón.

Completamente resignado, me limito a sólo estar en el suelo y esperar a que el fuego termine con mi vida.

Es inevitable ya no sentir el sueño pesado, y no aguantar cerrar los ojos.

Por más que siento el calor en mi frente, aceptó la derrota y comienzo a quedarme dormido...

Esto aún no termina...

Atrapados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora