Capitulo 26 " Familia"

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Me desperté cuando nuestro avión aterrizo, mi respiración se volvió irregular, realmente estaba nerviosa, me sentía como si estuviera a punto de empezar de lo que había huido, me sentía como en un lugar desconocido pero no era así, pues yo había pasado toda mi vida aquí y ahora no me gustaba estar aquí y eso que no llevaba ni cinco minutos, extrañaba a Londres siendo que acaba de estar ahí hacia unas horas.
Cuando baje del avión sentía inmediatamente el cambio de temperatura, el sol estaba en todo su resplandor, se sentía demasiado raro, la verdad es que ya me había acostumbrado a ver el cielo nublado, si, a veces salía el sol, pero no era nada comparado con el sol de aquí, me puse mis lentes y junto con mis padres caminamos para entrar al aeropuerto.

-¿Cuantos días vamos a estar aquí?-le pregunte a mis padres

-Ya te dije que no sabemos-respondió mi padre-. No se que te apura tanto

-No me apura nada papá, sólo preguntaba, no te enojes-salimos del aeropuerto

Subimos a una camioneta que mis padres habían rentado, subimos el equipaje y salimos de ahí para ir a casa de mi abuela paterna

-¿Saldrás con tus amigas?-me pregunto mi madre

-reí-. Por supuesto que no

-¿Por que no?

-Por que no mamá, no quiero, quiero olvidarlas y ya, no preguntes-rodee los ojos

Mi padre prendió el estéreo para reducir la en tensión de ese momento

*********

-____, despierta mi amor, llegamos-mi padre me sacudió levemente

Abrí los ojos y los talle un poco, estaba cansada a pesar de que había tomado una siesta durante el vuelo, pero ya me había acostumbrado al horario de haya y estas horas yo ya debería estar dormida.
Salí de la camioneta y mi padre ya había sacado las maletas, no recordaba lo hermoso que era el mar, así es mi abuela vivía relativamente cerca de la playa, una brisa chico contra mi cara causando que mi pelo se alborotara, era perfecto, cerré con seguro el vehículo y camine hacia la casa.

-Mi niña-mi abuela me abrazo

-Hola-le devolví el gesto

-Estas gigante, hace mucho que no te veo-pellizco mis mejillas

-Lo se, y usted está igual de hermosa que siempre-bese su mejilla

-Oh cariño, siempre tan linda-me sonrió-. Anda ve a nadar, de que mueres por hacerlo

-Pero debo saludar-bufé

-No te preocupes, yo te cubro-me guiñó el ojo

Subí corriendo las escaleras y me metí a mi cuarto, mi maleta ya estaba sobre la cama, la abrí rápidamente y saqué una toalla, un short, una blusa y mi traje de baño. Me cambie rápidamente, tome el bloqueador de baño, tome mi toalla y baje las escaleras para salir y finalmente tumbarme en la cálida arena.
Deje mi toalla extendida en la arena, me quite la ropa y me puse bloqueador en las manos para después expandir lo por todo mi cuerpo, para esperar a que se secara, conecte mi iPod a la pequeña bocina que tenía, puse música a todo volumen.
Poco a poco fui acercándome al mar, sentía la arena húmeda, sonreí por la sensación, finalmente mi pies tocaron el agua salada, estaba fría, me fui adentrando más y más hasta que el agua llego a mi cintura, me sumergí completamente de un brinco, comencé a nadar, había olvidado lo maravilloso que era vivir ahí, me sentía feliz, a pesar de que en un principio no estaba de acuerdo, ahora desbordaba felicidad.

Amaba nadar y lo que más me encantaba era ver el paisaje marino, tanto como la flora y la fauna, en pocos palabras el mar me tenía obsesionada.
Me aleje como medio kilómetro de la orilla, mientras observaba a unos raros peces de colores, una débil luz choco contra mi cara, me sumergí más hasta que tocar fondo, me encontré con una perla-del tamaño de una canica- la tome y esta era algo azulada, la falta de oxígeno me obligo a salir a la superficie a respirar. Durante varias horas me dedique solamente a buscar caracolas, conchas o cualquier cosa que me llamara la atención

Unexpected Love (Louis y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora