✖Capítulo 3✖

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Esa noche, sofia no logró conciliar el sueño, duró despierta hasta las 3:00 a.m. dando vueltas en la cama, escuchando música, buscando cualquier cosa para distraerse, no quería quedarse dormida, sentía que si lo hacia volvería a soñar con David, y no quería eso, ya tenia suficiente con el sueño anterior y con todo lo que leyó tuvo mucho que imaginar..

[...]

-viernes, 6:50 a.m. sofia se dirige a su casillero a tomar su libro de biología, y encuentra sobre el una hoja, con un "me gustas" escrito en ella, Sofia no le presta atención y se dirige a su clase apurada.

-Señorita Parker, llega tarde, de nuevo. La próxima vez no podrá entrar a la clase. -no hago contacto visual con el profesor y me dirijo a mi asiento, susurrando un lo siento apenas audible para el señor Sterling.

-Hola, linda. -David y su hermosa sonrisa.. No me había fijado que estaba a mi lado.

-Hola, el linda te lo puedes ahorrar.. -respondo sonriendo.

-de casualidad.. ¿viste algo raro en tu casillero esta mañana? -pregunta nervioso.

-con que ¿tú eres el responsable de esto? -respondo mientras saco la hoja y se la muestro.

David dirige su mirada al suelo y se le escapa una pequeña sonrisa, por la expresión de su rostro puedo notar que está nervioso y apenado.

-¿no dirás nada, señor Smith? -pregunto en tono burlón

-me gustas, señorita Parker, me gustas mucho, tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu ternura, tu forma de ser, tu voz, me encanta, me encantas, desde que te conocí no he dejado de pensarte.. -dice mientras revuelve su cabello con sus manos y mira al suelo.
-te.. Te gustaría.. Ser.. Mi novia? -pregunta al fin con la voz entrecortada, sus nervios se reflejan en su voz.

Sofia está anonadada, sin saber qué responder ante la declaración de David, sólo suspira levemente mientras niega suavemente, se pone de pie y sin decir nada se aleja de el a paso lento, no puede creer o siquiera entender lo que acaba de oír, ¿cómo alguien como él podría enamorarse de ella? Si siempre ha sido invisible para todos, incluso para sus padres, el único capaz de notarla fue Samuel quien ha sido su amigo desde hace varios años. Y se sentía bien así, sin nadie que se preocupara por ella y sin ella preocuparse por nadie, pensaba que si ella misma no se amaba tampoco sería capaz de amar a alguien y ahora llegaba él, David y desordenaba todo dentro de ella, su forma de pensar, sus sentimientos, todo, sólo llevaba una semana de conocerse y ya había producido en ella cosas que jamás había sentido, se le revolvía el estómago cada vez que estaba cerca de él, sentía esas "mariposas en el estómago" de las que la gente tanto habla, se ponía nerviosa y le sudaban las manos, lo único que no se afectaba al estar con él era su forma de hablar pues siempre intentaba ser lo más sarcástica posible, así no se notaria lo tembloroso en su voz.

-Sofia, ¿que te pasa? ¿Por qué lloras? -pregunta Samuel, no había notado que estaba llorando hasta que él me lo dijo, paso mi muñeca por mi mejilla y la siento húmeda, seco las lágrimas y respiro profundo para poder hablar sin que se me quiebre la voz.

-Dime algo muñequita, por favor, ¿que tienes? -insiste él de nuevo.

-David dijo que le gusto, que me quiere.. -respondo casi en susurro.

-y ¿tú le quieres a él? -pregunta un poco enojado.

-no lo se. -respondo antes de correr a sus brazos y romper en llanto, ni siquiera sé porque lo hago, se supone que es bueno que alguien te quiera.

Sam responde mi abrazo y da leves toques en mi espalda haciéndome sentir protegida, mientras susurra en voz baja un "todo estará bien, yo estaré para ti, lo prometo, no dejare que nadie te haga daño" lo que hace que llore aún mas fuerte y no quiera terminar nunca con ese abrazo, él da un pequeño beso en mi frente y apreta fuerte mis manos, luego de secar mis mejillas, le sonrío, y susurro un pequeño gracias intentando sonreír.

Las clases aún no han terminado pero no me siento en capacidad de escuchar a un profesor hablando de cosas que no me interesan o de ver a David al menos no por hoy.. Samuel se ofrece a llevarme a casa y ayudarme a despejar un poco la mente..

[...]

Escucho sonar mi teléfono, lo cual hace que me despierte de golpe, es un mensaje, de un numero desconocido, ¿quién manda mensajes a las 4:00 a.m? Pienso para mi misma, abro el mensaje, "-espero tu respuesta, linda." ¿David? ¿Como consiguió mi número? Muevo mi cabeza de un lado a otro sin entender lo que pasa, estoy confundida, creo que me gusta pero no, no puedo enamorarme, no quiero lastimarlo o que él me lastime..

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