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✖capitulo 11✖

Christian, recorría el pueblo entero buscando llegar a aquel lugar al cuál siempre iba a pensar o a relajarse un poco lejos de todo y de todos, caminaba a paso lento, cada nada le comenzaba a faltar el aire, los dolores se hacían más intensos a cada paso que daba, los golpes en su rostro habían oscurecido más y la sangre se había secado en su piel, le dolía el pecho, las piernas, y su brazo derecho, pero para él esa mujer lo valía todo, hasta su dolor. La había pasado tan bien la noche anterior, que cada vez que lo recordaba una sonrisa se dibujaba en su rostro. Ella lo hacia tan feliz que para él nada ni nadie seria impedimento para estar con sofia. En tan poco tiempo logró sentir las dichosas mariposas de las que tanto hablan en las películas, sentimiento que nadie había provocado antes, y es que para el gemelo solo su sonrisa le provocaba de todo, era la típica sonrisa que "podría terminar las guerras y curar el cáncer" como decía John green.

Al llegar a su destino, se recostó bajo un árbol, el día estaba nublado y hacia frío, el chico rogaba porque no comenzara a llover, pues aunquacosadores
lluvia ese no era buen lugar para guardarse de ella. El chico cerró los ojos y comenzó a recordar todo lo que había pasado en menos de una semana, no podía creer como una persona de tan solo dieciséis años y del sexo opuesto había logrado poner su mundo patas arriba.

Desde la primer noche que durmió con ella pequeñas notas de amenaza aparecían a su alrededor, agradecía que quien las mandaba fuera tan astuto para ponerlas en el lugar adecuado donde sólo él las viera, no sabría que hacer si su mamá las encontraba, para el chico su progenitora era bastante paranoica. Todas las notas decían exactamente lo mismo, "aléjate de ella" claro está cada una agregaba una amenaza diferente, amenazas que hasta ese momento nunca creyó se hicieran realidad.

Él sabía que sofia tenia novio, pero también sabia que ella no lo amaba, por lo que ella le había contado él parecía mas un acosador que su novio, vivía pendiente de todo lo que la joven hacía, no le permitía tener amigos ni salir sola. Ni su papá la controlaba de esa manera, pero ella seguía con él aún sin amarlo, pues según Sofia con el tiempo se había enamorado David, su novio, pero Christian sabia que eso no era amor, era costumbre, se sentía bien tener a alguien que de vez en cuando se preocupe por ti y te diga cosas cursis, alguien que te saque de lo cotidiano de tu vida. Ella se había acostumbrado a él, y su relación no se basaba en amor, era sólo costumbre, el gemelo sabia lo insegura que era la chica y que la única razón de que siguiera con David era que pensaba que quizá nadie aparte de él se fijaría en ese desastre de persona que ella era. Lo que no sabia es que había una persona que si lo hacia, que estaba dispuesto a luchar por ella, alguien a quien logró enamorar con todo y el desastre que ella pensaba que era, pero ella era muy tonta para darse cuenta y el muy tonto como para decírselo.

[...]

Christian no volvió a casa ese día ni tampoco al día siguiente, Cameron se comunicó con él ese mismo día luego de dejar a Sofia, quien seguía preocupada por él pues el gemelo nunca le contó de su conversación con chris, en un abrir y cerrar de ojos llegó el día de la partida, sus vacaciones en casa de Dolan habían terminado, el señor parker debía volver a su trabajo y ella al instituto, los días habían pasado volando, la joven se encontraba en la habitación terminando su maleta, aún sin tener noticias de chris, no sabia porqué no había vuelto y no quería irse sin antes averiguarlo y despedirse de él, y agradecerle por todo lo que por ella había hecho, lo echaría mucho de menos, de eso estaba segura, tendría que volver a su rutina, a ver a las mismas personas haciendo las mismas cosas.

-¿ya estás lista? -la voz de su padre la saca de sus pensamientos haciendo que de un pequeño brinco, la chica asiente sin pronunciar palabra alguna, no estaba lista para irse, no quería hacerlo, lo cual era ridículo ya que en primer lugar ella nunca quiso venir, pero agradecía internamente a su papá por haberla traído, su semana en esa casa había sido estupenda, dejando de lado sus ataques había disfrutado mucho el estar allí, sin amigos que te traicionen, sin engreídas que se burlen de ti y sin novios acosadores, esa semana de lejos era la mejor que había pasado en años. -Sofi, cuando termines me llamas y te ayudo a llevar las maletas al auto, estaré en la cocina despidiéndome de todos. -la joven dedica una sonrisa a su padre en señal de que entendió lo que acaba de decir, el responde su sonrisa y abandona la habitación dejándola sola de nuevo, sumergida en sus pensamientos.

[...]

Al cabo de unas horas llegó el momento de marcharse, no había señal alguna de chris lo cuál tenia desanimada y un tanto preocupada a Sofia, sin poder oponerse se subió al auto de su padre no sin antes despedirse de los Dolan, en todo el camino estuvo chris en sus pensamientos, no se despidió de él, ni le dio las gracias, y eso le molestaba y le dolía pues no sabia cuándo podría verlo de nuevo.

[...]

De vuelta a lo cotidiano de su vida Sofia se encontraba parada frente a la puerta del instituto debatiéndose en si debía o no entrar, todos los recuerdos la impactaron como si de un golpe se tratase, volvió a la realidad de la manera más brusca que jamás imaginó. Samuel, a escasos metros de ella sujetando la mano de Allison dispuesto a besarla, si, su mejor amigo con la persona que había hecho los días de Sofia en el instituto un infierno, no imaginó traición más grande, la presión en el pecho le produjo náuseas, rápidamente se adentro en el lugar evitando cualquier contacto visual, sentía sus mejillas húmedas y su vista comenzó a nublarse, rápidamente buscó un baño y y lavó su rostro quitando cualquier rastro de lágrimas, respiró profundo y esperó un rato hasta que el carmesí de sus ojos se fue por completo, odiaba que cada vez que lloraba sus ojos se hincharan y se dilataran los vasitos formando hileritas rojas en ellos, pero agradecía haber madrugado ese día y llegar 20 min antes de que su primer clase comenzara.