"Empiecen a alistar su smoking o vestido para el baile de fin de curso, que ya está cerca"- anunció el director por cada rincón del instituto.
No quiero ir , pensó ella.
Era muy diferente a todos.
Demasiado.
Ella sabía que todos tendrían sus vestidos y smokings para ese día, que todos estarían buscando una pareja para no parecer tontos, pero a ella no le llamaba la atención nada de eso.
Lo más seguro era de que se quedaría en su casa viendo una película o quizás leyendo.
Así era ella, no le importaba lo que dijeran ya estaba acostumbrada a ser rechazada e ignorada.
Sólo tenía una amiga, aunque también era como las demás, se iba a fiestas, consumía alcohol y cigarrillos pero aún así eran amigas, tan diferentes.
Ella era tan inteligente, no se creía de cualquier cosa mucho menos de los chicos, ignoraba a las personas aunque los demás dijeran que estaba loca.
Una chica de Madrid, España que sólo quería cumplir sus sueños.
Sólo para eso quería crecer.
Ella era Samantha Robinson.
