Después de todo el incidente en el desayuno llegué tarde al instituto, entré a mi clase y como siempre me dirigí a una de las últimas butacas ahí estaba Sahara, mi única amiga.
Me senté y empecé a copiar todo lo que el profesor dictaba hasta que sonó la campana y todos salieron a su siguiente clase.
Después de tres horas de clases y materias aburridas, llegó el descanso y me fui a la cafetería, pedí una malteada de chocolate con un emparedado entonces me senté en una de las mesas solas donde saqué un libro y empecé a comer y a leer. Una chica se me acercó y me miró extraño, veía que estaba comiendo a la vez leyendo, siempre hacia lo mismo y quizás me faltaba ejercicio aunque estuviera en el equipo femenil de fútbol quiero decir que, estoy gorda. La chica rizada que seguía ahí dijo:
-¡Gorda cuatro ojos!- gritó y echó una carcajada, lo demás empezaron a reír también.
Me quedé callada, con los ojos totalmente abiertos nunca me habían dicho algo así en frente de todos.
-¿Disculpa?
-Lo que escuchaste.
-No quiero problemas contigo.
-¡Jaja idiota!-soltó otra carcajada.
-¡Cállate! Vete de aquí por favor, te he dicho que no quiero problemas.
-Sacame si tanto me quieres fuera de aquí- me le lancé encima y le jale el cabello con mucha fuerza.
-¡Eres una maldita perra!
Entonces escuche que los demás empezaron a gritar "pelea, pelea".
La chica me cogió de las muñecas y las giró. Grité muy fuerte que llamó la atención de algunas profesores que estaban ahí, los cuales nos llevaron a detención.
*----*
Estaba en detención, jamás había estado en este lugar, era horrible.
Las butacas y las paredes estaban rayadas con groserías
"Mierda" "Jodete" "Hijo de puta"
Ya quería salir de aquí, pero no quería llegar a casa y contarle a mi mamá sobre esto.
