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Llegó el día en que tenía que entrar a la secundaria, me había quedado en la tarde y no me agradaba el saber que tenía que asistir en la misma secundaria que mi hermano, Eduardo es el nombre de mi hermano, el es un poco agresivo, se enfoca sólo a su mundo y no nos llevamos muy bien. Somos de esos hermanos que nunca están juntos y de los que siempre están peleando.

Termine de arreglarme, aliste mi mochila con una libreta y partí hacia la escuela. Al llegar a la escuela sólo logre conocer como a 5 personas de las cuales casi no les hablaba, nos empezaron a colocar por grupos, yo pertenecía al grupo "L", me forme, nos dieron indicaciones y partimos hacia nuestro primer salón, al entrar me sentí rara, sentí ser mirada por todos los alumnos que estaban en el salón, me senté en una butaca de las filas del medio casi hacia atrás, me sentía nerviosa, las manos me sudaban, las rodilla me temblaban y todos nos mirábamos como si fuéramos bichos raros, abrí mi mochila para sacar mi libreta, cuando de pronto se escuchó una voz ..

-Buenas tardes jóvenes.- suponía que era nuestro maestro.- Sean bienvenidos a esta institución.

Termine de sacar mi libreta al igual que una pluma y me puse a dibujar a lo que se me viniera en mente, no soy buena dibujando pero en ese momento lo hacía para matar el tiempo.

-Bueno, me llamo José Luis Sánchez Moya, seré su Tutor al igual que su maestro de Geografia.


Mi tutor era un gordito, lo dije en mi mente mientras enfoque una sonrisa, le entregó a una niña que estaba sentada en frente de su escritorio una hojas y le pidió que las repartiera, me entregó la hoja y vi que era nuestro horario, nos pidió que nos pararamos todos porque teníamos que acomodarnos por conforme nuestros apellidos. Terminó la hora y teníamos que partir a nuestra siguiente clase, agarre mi mochila y salí.

Al llegar al siguiente salón hice lo mismo, saque mi libreta y apunte el material que nos pedían, así fue durante las siguientes 2 horas. Me dirigí al salón 3 para dejar mi mochila y salir a recreo, decidí comprar unos tacos de canasta.

Regresamos al salón, nos tocaba Mecánica, el maestro nos puso una actividad que se basaba en hacer una círculo y cada uno tenía que decir su nombre mientras los demas tenían que repetirlo, quien se equivocara pasaría al centro, los perdedores tenían que disparar algo a los ganadores, obvio yo gané.

Al fin era la hora de salida, fue un día muy aburrido, salí y me dirigí a casa.

Ella Nunca Lo SabráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora