No te vayas

No quería que te enteraras...

Tenía varios días pensando en lo mismo, ¿cuándo fue que comenzó?, ¿por qué comenzó?, ¿acaso estaba mal?. Sin embargo no llegaba a ninguna respuesta, tenía miedo. Tenía miedo de saber la respuesta.

—Esta mal—dijo en voz alta el chico.
Se encontraba en su hogar como cualquier día normal, sus hermanos no estaban en su casa, lo habían vuelto a hacer, lo habían dejado solo de nuevo. No era como si le importara, siempre lo hacían, pero la soledad no era su mejor amiga que digamos.

—Me gustas— volvió a hablar el chico. 

Ese chico que esta solo y no lo desea, ese chico que vive con compañía y no vive, aquel que ama y no es amado, no es nadie y es todo. Matsuno Karamatsu.

—Mi mismo rostro, diferente voz... es mejor así, sin que él lo sepa— hablaba y hablaba sólo para consolarse.

Nadie es perfecto y él no era la excepción, se había enamorado de un sueño, de alguien inalcanzable, de su propio hermano. "No es que yo sea homosexual..." pensaba el chico.

—Las mujeres me gustan.—se dijo a sí mismo.—Pero me gusta más él. Sí, definitivamente me gusta mucho más él.—Comenzó a sonreír mientras recordaba el rostro de su hermano menor, cuando dormía, cuando comía, cuando se enojaba, incluso cuando sonreía. Recordaba todas y cada una de las expresiones que ponía su hermano, aunque solo fueran por segundos.

"No hay nadie" pensó Karamatsu. Pero ese fue su 'peor' error. "Desecharé estos sentimientos en una sola frase". Mientras se armaba de valor abrió lentamente su boca para dejar escapar esa frase que deseo no haber dicho nunca.

—¡Ichimatsu, me gustas!— esa frase acompañada de sus lágrimas no fue suficiente para desechar los sentimientos que tenía por su hermano. Al contrario, solo aumento su miedo y desesperación al ver a su hermano amado en la puerta de su habitación parado con una expresión que nunca había visto antes. Lo escuchó todo y ambos quedaron paralizados.

—¡Qué demonios crees que dices Mierdamatsu!—gritó el chico con sudadera morada. Estaba furioso, una reacción de 'asco' se hizo presente en su cara. Como era posible que la persona que tanto odiaba fuera la misma a la que le gustaba.

—Ichimatsu, yo no...—limpió sus lágrimas con su puño rápidamente. —No...— agachó su cabeza para no verle a los ojos y le fuera más doloroso.—No lo niego.— lo último que dijo dejo perplejos a ambos. ¿Cómo era posible que hubiera dicho eso enfrente de él?.

—Das asco— las palabras que dijo su hermano menor fueron desgarradoras. Aún así para Ichimatsu fueron insuficientes, quería decir más, quería golpearlo, no era normal sentir eso por un chico y menos si era su propio hermano. Sentía una repulsión horrible hacía su hermano mayor, si alguna vez lo había respetado todo se había ido.

—No quería que te enterarás, no de esta forma— fue lo último que Karamatsu dijo antes de salir de aquel cuarto...