Me provoca

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Adam


-Sin duda alguna ustedes son la pareja más tierna y enamorada de la playa -aseguró Tyler mientras se quitaba la arena de las manos.

Me reí. Tenía abrazada a Tessa desde la espalda, yo apoyaba mi cabeza en su hombro y observaba lo que en un futuro me iba a tener felizmente ocupado; su vientre.

-¿Puedes darte la vuelta e ir a tirarte a esa chica que lleva mirándote hace horas de una vez por todas? -siseó Tessa entre risas. Giró su cabeza y me plantó un suave y casto beso en la mejilla

-¡Eh¡ ¿De cuando soy una maquina sexual? Creo que haz perdido el respeto hacía mi persona, loca -espetó Tyler y ella lo observó fijamente. Y pensar que años atrás este chico era una competencia, el mejor amigo que no se apartaba de la chica que había despertado mi corazón. Pues ahora era como un hermano más.

-Calma chicos, si a quien mira la chica es a mi -bromeé. Al instante recibí un codazo en mis costillas.

-Cómo te gustaría...-Tyler entornó los ojos y se aproximó al mar. Sentí que una gota de sudor caía sobre mi frente; hacía bastante calor.

-Puedes ir si quieres.

-¿Ah? -pregunté. No había captado lo que intentaba decirme.

-Ve con Tyler a darte un chapuzón. Yo me quedare aquí y los observare.

-No te dejare sola -no otra vez. Tiempo atrás, lo había hecho y los resultados no habían sido muy buenos.

-Con Jane Austen jamás lo estaré cariño -dijo. Su expresión era suave y su voz amable. Observe de reojo el libro que descansaba sobre su bolso. Una sonrisa se formó en sus labios.

Permanecí unos segundos pensando mis opciones. Quería estar con Tessa (siempre), pero estaba rostizandome del calor.

-Vete y desaparece de mi vista. - inspiro con brusquedad, observándola y esperando a que me diga que es broma, pero ella solo sonríe y se encoge de hombros, como si no pudiera evitarlo.

Asentí y la besé fuerte en los labios. Ella me lo devolvió ferozmente, mordiéndome el labio al final.

Carajo, la temperatura en mi cuerpo era más de la que había a nivel ambiente... La deseaba, aquí y ahora, pero no iba a permitir que un centenar de personas tuvieran la mejor vista de sus putas vidas. Me bastaba tenerla en bikini entre mis piernas. Por lo tanto, no era un juego justo.

Sacudí la cabeza, y fui corriendo al lado de Tyler. Agua congelada, eso era lo que necesitaba para ocultar lo que mi cuerpo claramente necesitaba y deseaba.

Mientras el agua me empapaba, di medía vuelta y me quede viéndola a lo lejos. Ella me lanzó un beso a la distancia, y luego se acomodó el bikini lenta y minuciosamente con sus dos manos, como si los estuviera acariciando. Mi mandíbula cayó rendida. ¿Acaso una chica embarazada podría ser más sexy?

Me estaba provocando... Joder, cuanto la amaba y la deseaba.

No mires hacia atrás (lcedle III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora