Hard times

Éxtasis

POV DUJUN

-aún no es tiempo, aún no! -
Exclamó el mayor muy suavemente, sabía que si seguía en merced del menor, no sería mucho mas lo que podría resistir, sabía qué exactamente volvía loco a su moreno novio, así que Dujun de un sólo movimiento quedó por encima del menor, éste aún se encontraba con los pantalones y ropa interior puesta, algo que no le agradaba en lo más mínimo.
Besando cuidadosamente los hombros, clavícula, cuello hasta luego llegar lamiendo cada centímetro del lóbulo de su oreja, se detuvo en su odio para decir con la voz cargada de lujuria: - te haré olvidar cada mal momento, cada pelea, me preocuparé de que olvides hasta tu nombre, pero jamás olvidaras lo que está a punto de pasar.-
Sellando con un mordisco, el mayor  descendió por el mismo camino antes recorrido, deteniéndose en uno de los pezones de su novio, atacándolo sin compasión, lamiendo y mordiendo suavemente, mientras que con la mano que tenía libre bajo hasta el cierre del pantalón de Yoseob y comenzó a bajarlo, cuando éste ya se encontraba totalmente abierto, dejó en paz aquel sabroso pezon que tuvo entre sus dientes y se levantó para quitar todo rastro de ropa que tuviese el menor, admirándolo por completo unos segundos.

-por dios Yoseob, eres hermoso.-

Levanto ambas piernas de menor y las acomodó en sus hombros, dando pequeños besos en toda la extensión hasta llegar al pronunciado y erguido miembro que tenía en frente, introduciéndolo por completo en su boca, jugando con el...desde la punta a la base, el ver que Yoseob apenas podía mantener sus ojos abiertos, no hacía nada más que motivarlo para seguir en su travesía, una que pensaba seguir hasta que el menor le pidiera a gritos que lo hiciera suyo...

Dujun creía estar en un sueño, días atrás no le quedaba más que recordar esto en tiempos pasados y que no volverían jamás, pero ahí se encontraba nuevamente, dándole y dándose placer junto al amor de su vida, aunque si bien él creía que lo mejor era cuando todo el encuentro culminaba, ahora se dió cuenta de lo excitante que es ver a su novio recibiendo de tal manera lo que el era capaz de entregarle, pasión, amor, lujuria, cariño... Todo a una sola persona, todo a Yoseob, a él y a nadie más.

El mayor sentía su parte baja un poco dolorida y expectante, deseando pasar al siguiente paso, pero todavía faltaba más, de una u otra manera iba a darle a seob todo lo que merecía, todo y más.
Se acomodó de tal manera sobre el cuerpo caliente y sudado que se encontraba bajo del suyo y dejó de juguetear unos momentos en el miembro del menor sólo para que éste no llegara al climax aún, decidió besar toda la piel expuesta de su novio, cada centímetro hasta llegar al pezon que  no tuvo entre sus labios, era tiempo de prestarle atención a él también, con la yema de sus dedos rozó los labios entreabiertos del mas bajo e introdujo dos dedos para que éstos quedaran lubricados con su propia saliva, y al mismo tiempo el menor simulaba tener el miembro del mayor entre sus labios en vez de los dedos. Nuevamente el duro y exigente miembro del moreno comenzó a pedir algo de atención.
Lo mejor sería sacar sus dedos de ahí pronto.
Fue entonces que llevó su rostro hasta el cuello de seob, al mismo tiempo que sus dedos ya lubricados viajaban hasta esa apetitosa y ansiosa entrada, necesitaba sentirlo de alguna u otra manera, pero por lo pronto estaba mas pendiente de darle placer a su novio.
Recorriendo por completo la cavidad bucal del menor, haciéndola suya  una vez más. separándose solo cuando el aire  se les acababa y sus pulmones lo hacían notar.
Dos de esos traviesos dedos dentro del menor, dujun se sentía en el cielo cada vez que veía al menor encorvar su espalda debido al placer que lo estaba llenando.

-Estás bien amor?
Le pregunto el más alto, aunque siquiera lo dejó responder, ya que atacó sin piedad sus labios nuevamente... Sacó sus dedos para ahora masturbarle con su mano y jugar otra vez con aquella hombría. Un beso, sólo uno corto pero demandante y el mayor se incorporó en la cama, ya no podía seguir negándose a entrar en él, ya no se creía capaz de poder aguantar más. Su palpitante miembro al sólo rozar la entrada ya se sentía mucho mejor, entró una, dos y tres veces cada una un poco mas profunda que la otra, no iba a quedar tranquilo ni se iba a dejar llevar por la pasión hasta encontrar aquel punto que hacía delirar al mas bajo, un par de embestidas más y cuando notó nuevamente que Yoseob encorvó su espalda y soltó un gemido más ronco que los anteriores se dió por satisfecho, y eso que aún quedaba mucho tiempo por disfrutar.