04. Llamada.

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[Información; antes de empezar el capítulo me gustaría aclarar que todos los capítulos ocurren el día siguiente, a no ser que en la narración se especifique. Dejando eso de lado, espero que les guste :D]

Mi estómago rugía de manera descomunal, tenía hambre, mucha hambre, de hecho ni siquiera había almorzado para llegar puntual al sitio donde nos reuniríamos con Adrien, lo más triste es que el rubio oxigenado aún no llegara.

Si tuviera dinero me compraría algo para comer pero lastimosamente soy pobre y no me dan mesada, algo lamentable pero real.

- Maldición... rubio tonto... -Gruñí sintiendo como en mi estómago se formaba un nudo.

Si no fuera porque soy olvidadiza no estaría viviendo esto ya que la verdadera razón por la cual estoy aquí es para terminar el trabajo del día lunes, la cuál es solo escribir, aunque aún quedan algunos días.

Me recuesto en la mesa del café, lo peor de todo es que el olor a aquellas exquisitez parecen querer ahogarme. Maldita pobreza e inexistente mesada.

Cuando sea grande y millonaria no tendré que pasar por esto otra vez. Lo sé.

- ¡Lamento llegar tarde! -Exclamó una voz que reconocí al instante, ¡Por fin!

Mis ojos se iluminaron por un instante al ver el cabello rubio, teñido, de Adrien acercándose a mí con una leve sonrisa.

- ¡Adrien! -Exclamé feliz para luego hacer un mohín seria- ¡Tonto, por un momento pensé que me habías plantado! -Me crucé de brazos molesta mirando para otro lado.

- Lo lamento... -Repitió jadeando sentándose al frente mío- Tuve que correr para venir a verte, el auto se descompuso. Y no quería dejarte aquí sola... lamento haber demorado.

Volví mi mirada a él para encontrarlo con las mejillas sonrojadas y una respiración irregular.

- ¿Estabas viendo vídeos para mayores? ¿Cierto? -Hice una mueca de desagrado consiguiendo que su sonrojo aumentará notablemente de todo tonalidad, así que acerté... - Pervertido.

- ¡Claro que no! -Gritó atrayendo la atención de muchas personas que atinaron a mirarnos.

Mi amigo depravado, inhaló y exhaló odiándome con sus verde ojos. Ni que fuera mi culpa que él sea una persona con pensamientos perversos.

No dijo nada por unos momentos, sólo sacó su cuaderno y un lápiz para, tal vez, conseguir hacer la tarea con tranquilidad. Yo también saqué el mio para ver si hago algo.

- Ahora por tu culpa la sociedad me tachará de depravado... -Murmuró por la bajo, aún sin mirarme.

- Perdón -Por desvelar la verdad más pecaminosa de tu ser, pensé divertida.

Asintió con la cabeza para después sonreír como si nada hubiera pasado.

Abrió su cuaderno haciendo que imitara su acción, algo así como los justus de Shikamaru, vaya que era listo ese chico, debería aprender de él. A partir de este momento será mi modelo a seguir.

- ¿Escuchas lo que digo, _____? -Dijo el chico de ojos verdes moviendo su mano adelante de mis ojos.

- ¿Ah? -Fruncí las cejas al ver que no entendía nada que estaba pasando.

- Te dije que si querías que te invitara a comer algo, pareciera que tuvieras un león en vez de estómago -Se burló con una sonrisa divertida en los labios, llega tarde por ver vídeos de "+18" y ahora se mofa de mi, hombres... menos mal que mi bello futuro esposo no se parece a este sujeto-

- No -Respondí firme, siempre digna, eso decía mi padre cuando se le quemaba la comida y la degustaba en silencio, claro que en masculino.

Me miró a los ojos haciendo una batalla, no perderé contra un chico que me subestima. Le saqué la lengua en signo de guerra.

¡Torpe Pelirrosa! [Miraculous LadyBug] -Nathaniel/Evilustrador y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora