03. Tomate.

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[Información; antes de empezar el capítulo me gustaría aclarar que todos los capítulos ocurren el día siguiente, a no ser que en la narración se especifique. Dejando eso de lado, espero que les guste :D]

Hacía frío en el piso, pero es más cómodo que estar sentada en una de las bancas esperando a que se me duerma el trasero, además, en el piso puedo estar acostada sin preocuparme si me quedo dormida. Además, así no observo como Chloe hablar mal de las otras personas con Sabrina, aunque ella solamente concuerde todo con la rubia por ser su amiga, y puedo centrar mi visión en el cielo mientras que mi mente se encuentra pensando en los hermosos ojos de mi futuro esposo.

— Es muy raro verte en el patio en el piso y no "cuidando con la mirada" a Nathaniel —Vi el rostro de Nino impidiéndome perderme entre las nubes.

— Estaba dibujando y se dio cuenta que lo estaba mirando, así que para pasar por desapercibida grité que quería hacer pipí... luego entré en pánico por la idiotez que dije, me fui corriendo, tropecé y para disimular me acomodé en el suelo. Aquí me tienes... —Murmuré sintiendo como mi cara se empezaba a tornar roja.

— ¿Tú? ¿Diciendo idioteces? Te creo —Dijo entre risas mientras se sentaba al lado mío haciendo que frunza el entrecejo— Te soy sincero, viniendo de ti no me parece raro...

— Nino... realmente eres un tonto... —Suspiré mientras cerraba los ojos agotada y me sentaba, acostarme me daba sueño, además de que no pudo dormir muy bien al imaginarme que habría ocurrido si Nathaniel hubiera visto mi sujetador.

— ¿Por qué es un tonto? —Escuché la voz de mi amigo el rubio.

— Porque lo es —Sentencié cruzando los brazos.

— ¿Sabes? Eso tendría más credibilidad si tuvieras los ojos abierto... —Dijo haciendo que abra los ojos molesta, imbécil.

— ¡Eso! —Concordó aplaudiendo Nino.

— ¡Tienes que defenderme a mi! ¡Rubio teñido! —Chillé mientras me levantaba molesta para irme a la sala de clases, lo más seguro es que quede poco tiempo para que toquen el timbre.

— ¡No soy teñido! Soy natural, no como tú —Respondió con una sonrisa en los labios, una estúpida sonrisa burlesca.

Pasé por alto de ese momento para caminar dignamente hacía el aula, y cuando tenía ya una distancia bastante considerable me giré lentamente, sin parar de caminar para así de manera épica y increíble mi respuesta.

Coloqué mis manos como si fueran un megáfono para llamar la atención de mis demás compañeros que se encontraban aún en el patio.

— ¡No soy teñida! —Y con ese comentario ya varias personas me miraron, los metiches de siempre— ¡Además, a mi el rosa me queda-! ¡Ah! —Grité al sentir como mi cuerpo caía de manera para nada delicada contra el suelo.

Escuchaba la risa de los presentes de manera casi instantánea consiguiendo que mi rostro se pusiera rojo de vergüenza, me tropecé con mis propios pies... simplemente humillante. Tapé mi rostro con mis manos y morí mi labio con fuerza, al menos Nathaniel no se encontraba aquí, tal vez Dios me ame y no quiere que mi amado vea la torpeza de su futura esposa. Sin importar que tarde o temprano se de cuenta de ese pequeño detalle.

— ¿Estás bien, pequeña? —Escuché las voz preocupada de Adrien mientras me acariciaba delicadamente mi cabello.

Asentí mientras quitaba las manos de mi cara y mi mirada se transforme en una de determinación, un tomate determinado. Acepté la mano que Nino me tendió y miré a todos, el rubio abrió lo boca, lo más seguro que para defenderme pero yo me adelanté.

¡Torpe Pelirrosa! [Miraculous LadyBug] -Nathaniel/Evilustrador y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora