JiHan

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Había una vez un lobo que nunca valoro la vida, pensaba que esta era efímera y sin sentido. Nunca creyó en lo de cuidar a los demás y de hecho odiaba el amor porque solo era un sentimiento que hacía a las personas preocuparse por cosas sin sentido.

Un día mientras caminaba por la oscura noche, choco contra algo. Al mirar de lo que se trataba se topó con un conejo café asustado, miro atento al pequeño conejo haciendo que este se asustara y empezara de nuevo a caminar con algo de recelo y regresando a verlo. El lobo curioso lo siguió y le pregunto al pequeño conejo a donde iba en la noche y este respondió:

—Tengo que realizar un recorrido para poder descansar — el lobo miro extraño al conejo y lo empezó a seguir. Tenía curiosidad de como esa pequeña bola de pelos pudiese llegar a "ese lugar"

Los dos empezaron una aventura, recorriendo distintos lugares del planeta solo para llegar al destino del conejo. Atravesaron montañas, navegaron mares, caminaron por lugares boscosos y por desiertos, en ciertos momentos parecía que el pequeño conejo se iba a dar por vencido pero el lobo siempre estuvo a su lado para apoyarlo, por lo que, aunque se cansaban en momentos, los dos se veían y las fuerzas regresaban.

En el trascurso del viaje el lobo se enamoró del conejo y este de él. Por primera vez el lobo sintió ganas de vivir para cuidar a alguien. El pequeño conejo nunca le dijo cuál era el destino al que quería llegar, pero a el lobo no le importó mientras pasara más tiempo con el conejo estaba feliz. Los dos animales en aquellos años sintieron muchas emociones, aprendieron muchas cosas y descubrieron un mundo realmente maravilloso.

Los años pasaron y los dos ya habían recorrido todo el mundo hasta tal punto que de nuevo llegaron al principio. El conejo estaba feliz pero cansado al igual que el lobo. Se acostaron en las hierbas y el lobo acurruco a su pequeño conejo entre sus patas mientras lamia su cabeza.

—¿Por qué estamos donde empezamos? — pregunto el lobo mientras el conejo empezaba a cerrar sus ojos.

—Aquí era donde quería llegar.

—Entonces porque caminamos por todo el mundo

—Porque antes de marcharme de este mundo quería conocer lo grande que era. Quería tener sensaciones que si me hubiera quedado en mi madriguera no las hubiera sentido. Quería vivir todo lo que el mundo nos ofrece y ahora que lo hecho contigo me siento muy feliz, me siento feliz de haberte conocido y de que tu hayas sido quien me acompañe en mi recorrido. Gracias por todo. Te Amo — el pequeño conejo hablaba con una sonrisa en sus labios, pero después de decir aquello cerró sus ojitos y su semblante se tornó sereno mientras su respiración fue debilitándose hasta que dejo de ser sentida.

El lobo al ver que su pequeño conejo se había dormido para siempre, aulló a la luna y se aferró al cuerpo de su pequeño. De aquel ser que le dio tanto y por él cual había descubierto y sentido tanto que no podía creer que ahora ya no estaba junto a él.

—Empezaste otro viaje sin mí — dijo el lobo dando una última lamida a la cabeza del conejo —Yo también estoy muy feliz de haberte conocido y ahora solo espérame hasta que yo te alcance en aquel viaje que has comenzado.

El lobo empezó a escavar con sus garras un hoyo para su conejo, después de ver que fuera lo suficiente hondo con cuidado deposito el cuerpo del conejo para después volverlo a tapar. Se quedó ahí al lado de su pequeño.

Pasaron meses, años y todos los demás lobos se preguntaban porque el lobo no se movía de aquel lugar y si lo hacía era solo para comer porque después regresaba a estar allí.

Un día el lobo vio el atardecer y dio un último suspiro, cerró sus ojos y nunca más los volvió a abrir porque ahora él estaba al lado de su pequeño conejo empezando una nueva aventura.

Tengo miedo de muchas cosas y no entiendo otras tantas más lo único que entiendo es que estar a tu lado fue el mejor regalo que me dio la vida, viviré y disfrutare de ti todo lo que el tiempo me deje, pero después de mi partida tú debes seguir disfrutando de esta maravillosa vida que se nos concedió.

Me amaste cuando pensé que no lo merecía y me disté ganas de vivir cuando ya las había perdido por todo lo que me había tocado vivir. Gracias Joshua por todo, por mimarme, por amarme y cuidarme. Tal vez en esos momentos estés llorando al leer esto, pero, aunque no esté físicamente contigo estoy en tu corazón. Gracias por hacerme vivir mi vida al máximo, pero es tu turno ahora. Vive la tuya que yo te acompañare siempre. Disfrútala al máximo. La vida es una sola y tenemos que disfrutarla.

Vive, ama, sueña; eso es lo que al final te llevara a la felicidad

JeongHan.




Joshua no pudo soportar más y cayó al suelo empuñando la carta que le había dejado JeongHan. Aun le dolía su partida más de lo que el mundo se imaginaba y encontrar ese pequeño cuento que en cierto sentido relataba su historia fue algo maravilloso, pero a la vez triste porque sabía que ahora ya no estaría a su lado JeongHan, pero si algo le alegraba era saber que fue la persona que estuvo en sus últimos momentos y que pudo decirle cuanto lo amaba antes de que cerrase sus ojos para siempre.

Se levantó del suelo y tomo la caja que la madre de JeongHan le había entregado. Salió del cuarto de su novio cerrando con seguro tal como su madre le había dicho que hiciera. Se despidió de la señora Yoon y salió de la casa que tantos recuerdos le daba.

Trataría de continuar con su vida, tal como le había prometido a JeongHan porque, aunque el ya no estuviese junto a él podía sentirlo en su corazón y siempre estaría en su mente porque fue y será el único amor que tendrá en su vida.


FIN



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Este el penultimo capitulo de esta obre y espero les guste y mañana es el VerkWan C:


Febrero [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora