La oí llorar

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Hoy sentí que me volví a enamorar cuando te oí llorar, mi eterna compañera tu serás. Hay veces en las que me pregunto, cuantas veces debemos de morir, cuantas veces más deberíamos resistir. Hoy cuando te oí llorar, algo de mí se fue quedando, mientras algo en ti quizás se iba muriendo.

Hoy que te oí llorar, supe que serías mi eterna compañera, seré el león y tu mi leona. Ya me he perdido en tantos viajes, deje de contestar muchos mensajes, y muchas veces he sentido que me falta coraje, pero hoy que te oí llorar supe que eso había terminado.

Pronto se secará este aguacero y sólo nos quedaremos en nuestros sueños, no necesitaremos pastillas para dormir, no confundiremos los inviernos con la primavera. Hoy que te oí llorar supe que te hecho de menos, que no tengo más miedo, que llevo el coraje para defenderte; hoy por ti yo me quito el sombrero.

Todas las noches te voy a buscar en mi cama y se que en algún momento llegarás, de noche y de día ambos nos diremos que somos toda nuestra vida. Nunca pensé que al oírte llorar despertarías al león dentro de mí, te quiero todas las noches en mi cama y al despertar no olvidarme de ti.

Seremos como un sueño de noche y de día, y que nos importará si los de afuera nos envidian; eso no me importa porque tu serás mi sueño de noche y de día. 

Hoy que te oí llorar, supe que no debería permitirlo nunca más, supe que debo protegerte, supe que te amo, supe que quiero cantarte canciones positivas. Llevas un espíritu de fuego, que no se quema, ni se apaga. Tienes una luz que va adelante como una estrella dorada, hoy sentí el grito milagroso que despertó en mi garganta. 

Hoy vamos por los sueños que sabemos que alcanzaremos, así enfrentemos a mil cometas y remolinos; hoy nos damos por completo a la victoria, a la esperanza. Hoy que te oí llorar, me quedo acá a tu lado.

A la bella espigada...

Un león no se rindeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora