Parte 1: Perdida

158 11 2
                                    


6 de agosto del 2013 en algún lugar de México.

El alba se asomaba por la ventana de la habitación de Mike, la cual se encontraba absolutamente tranquila, hasta que...

*El sonido molesto de la alarma*

Aturdido por la alarma, el aun dormido Mike.
- Ahh ya escuché ¡Ya escuché! Cállate. - Balbuceaba mientras intentaba apagar la alarma.
*Se abre la puerta de su habitación bruscamente*
- ¡Viejo! ¡Despierta! Recuerda que hoy debes dirigir el acto cívico en banda de guerra, aparte es tu graduación, ¡ya no más secundaria! – Ese era Gabriel, su hermano. Él trabaja como jefe en su propia compañía de telecomunicaciones " Industries." en Estados Unidos. Es alto, apuesto, de cabello chino y tes clara, ojos marrones oscuro y siempre tiene una sombra de barba muy cool. Ese día tenía una importante reunión sobre compra y venta de acciones de la empresa.
- Mike. - vociferaba Gabriel desde la cocina, apresurando a su hermano.
-Le prometí a nuestros padres que llegarías temprano, ¿crees poder bajar antes de que las jardineras comiencen a regar el jardín? - Al ser el dueño de su propia empresa a tan temprana edad, este llegaba a facilitar ciertos lujos en casa.

Mike no estaba muy emocionado con tocar ese día, pues en ocasiones pasadas, para ser sinceros, no le fue muy bien.
Después de vestirse y desayunar Gabriel llevo a Mike a la escuela, ya que le quedaba de paso, pues iba al aeropuerto para tomar su vuelo a los Estados Unidos.

En esa misma mañana en algún lugar en Alemania, los padres de Mike, estaban trabajando en algo muy importante.

- Pero el ADN no es compatible, no encaja en los espacio vacíos, tendríamos que reestructurarlo.- Clark, un hombre de edad algo madura y con unas cuantas canas pero apuesto, era el padre Mike.
- Podríamos empatar el ADN con el prototipo "Bee System", es pequeño y al ser nuestra investigación, será más fácil desencadenarlo, eso podría cubrir los espacios vacíos.- Respondió una mujer muy inteligente, muy linda y de edad un poco menos a Clark, era Judith, la madre de Mike.
- ¿Y entonces que están esperando? - Una voz grabe y fría interrumpió la charla. Se trataba del general Payton, el beneficiario de las investigaciones en los laboratorios Torret.
- Señor... Si, claro. - Respondió Clark algo inseguro.
Ellos dos, junto a otros científicos trabajaban en la creación de una vacuna capaz de curar discapacidades motrices y posiblemente enfermedades.
- De acuerdo, traigan a las abejas. - Ordeno Judith a sus ayudantes mientras preparaba las máquinas de centrifugado molecular.
Un ayudante joven trajo una pecera con muchas abejas, apenas se podía ver hacia dentro del contenedor, el cual tenía un orificio de gran tamaño en un costado con una tapa. Judith quito la tapa y rápidamente coloco un tubo de otra maquina al contenedor de abejas. -Listo. - Dijo al sellarlo.

Las abejas recibieron gas tranquilizante, después de unos segundos uno de los científicos destapo la pecera y saco un par de abejas con mucho cuidado.
– Preparando a los candidatos número 8, 25, 12 y 6 para recibir el suero. – Remarcaba con cuidado Clark, quien tomaba una jeringa con un líquido verde.

Este era el ya mencionado "Bee Systen" una vacuna creada por industrias Torret, o, mejor dicho, Clark y Judith. Este trabajo significaba mucho para los padres de Mike, ya que llevaban muchos años desarrollando este suero con propiedades que alterara el ADN de las abejas y combinarlo con el ADN deseado para la vacuna. Al instante en el que recibieron la primera dosis y fueran regresadas a su contenedor, unas abejas comenzaron a volar por toda la pecera, una cayó muerta, otra reventó, solo 2 soportaron el suero. Después de unos minutos solo una abeja había logrado finalizar el proceso completamente ilesa.

- Parece que acepto al cien por cierto el suero, solo queda recuperar el nuevo suero con el ADN mejorado del huésped número... seis. - Dijo uno de los científicos ayudantes mientras revisaba una lista.


- Muy bien, sigan con el proceso en un momento y dejen a esa abeja descansar un poco, no queremos que nuestro ganso de los huevos dorados muera, ¿o sí? - Respondió con indiferencia el general Payton.

El Hombre AbejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora