El problema, a penas comienza

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Estaba asustada, no paraba de moverme para obligar a Eduardo a que me soltara. A pesar de mis esfuerzos todo era inútil, el me tenía atrapada. Cerca de rendirme logro ver que mas allá tres chicos que ya había visto antes se acercaban corriendo. Eli, Gabriel y Daniel venían en dirección a mí.

La primera en llegar fue Eli, quien logra empujar a Eduardo para que uno de sus brazos cayera a su cuerpo bruscamente logrando facilitarme la escapada. Después de unos minutos llegaron Daniel y Gabriel, quienes rodearon a Eduardo para obligarlo a dejarme en paz.

-¡Basta!, no se metan más! No quiero que él los lastime a ustedes también!- grité desesperada, llena de ira.

-Estas loca! De ninguna manera nos movemos de aquí hasta que te  vayas con nosotros! Eres nuestra mejor amiga no te vamos a dejar!- grito Eli furiosa

-JAJAJA, si quieren que la mate con gusto no dudaré en hacerlo- reía Eduardo sarcástico

-Ya basta Eduardo, tu sabes que ya no tenemos opción. Nuestra relación no puede seguir así-

Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, o bien le dolía lo que le estaba diciendo o simplemente algo que le afectaba por dentro le hacía reaccionar de esa manera.

-Mira princesita, no todo es fácil como tu crees. Tu debes de quedarte junto a mí aunque hayas matado a mi...- paró por un instante tras darse cuenta de lo que decía -Ahhh! No tu no puedes vivir! Tu debes morir! Tu amor es falso- comenzó a llorar enfurecido

Ya ni si quiera lo que decía tenía sentido, no sabía como lograr que me soltara, no sabía como obligarlo a que me deje en paz.

Una pequeña revuelta parecía haber comenzado. Varios compañeros de mi curso e incluso de otros salones se acercaban a unos metros de distancia. 

Eduardo me tenía una vez más en sus manos.

***

Lo último que recuerdo es los gritos intensos de Eduardo, la voz desesperada de Eli y los ojos fisjones de los estudiantes.

-Uhmm?- Vi a mi alrededor y este era un lugar un tanto trillado después de una "pelea". Siempre pienso que tienes dos opciones o aparecer en la odicina del director o despertar en un hospital, realmente la segunda opción tendría más sentido. Los halones y golpes de Eduardo podrían llevarme a esto.

-¡Ya despertó!- escuché una voz entusiasmada desde fuera de la sala

Mis ojos brillaron al ver a Eli, Gabriel y Daniel juntos entrar por esa puerta. 

-Estas mejor, ¿ya no te duele la cabeza?- dijo Eli en tono preocupado. 

-La verdad no recuerdo lo que pasó, y esa es mi única preocupación ahora-

-Oye, no deberías pensar en eso ahora- dijo Gabriel con cariño

-Pues sí, enfocaté en recuperarte totalmente- agregó Daniel

Fue entonces cuando noté una venda muy gruesa cubriendo la mano de Daniel, -hey, que te pasó. ¿Acaso Eduardo te hizo algo?-

-Eso es lo de menos, ahora importas tú. Todo está bien-

-No, como puedo estar segura de que todo está bien. Y que el maniático de mi no..., de mi nada- suspiré

Solo llegué a notar que todos sonrieron con una risa algo finjida, antes de pensar en el gran problema que se armaría con mis padres. 

-Diganmé que no han llamado a mi madre-

-Tranquila, hasta ahora solo nosotros tres sabemos que estas aquí-

Cuando Elizabeth dijo eso sentí una emoción increíble dentro de mí. A pesar del gran problema que había sucedido, el hecho de que mis mejores no me dejaran ni un instante me alegraba. 

Un par de horas más tarde, la enfermera dijo que ya me encontraba bien y que podía darme el alta. Solo necesitaba unos analgésicos para los dolores de ciertos golpes que había recibido y algo de paciencia para hacer el papeleo debido. Fue entonces cuando recordé lo que pasó...

***

-¡Ya sueltame!, ¡O acaso no entiendes que ya no puedo estar contigo!. Dejame Eduardo, ¡déjame!-

-Mi amorcito, ¡no te voy a soltar!- Después de pronunciar estas palabras Eduardo tómo demasiado fuerte mi muñeca, en un intento de parte de Daniel por rescatarme él me tira al suelo y le pega un puñetazo en el estómago a mi mejor amigo.

-¡Oye!, pará dejalos en paz- gritaron Eli y Gabriel a unisono.

-¡Ah!, me duele sueltame ¡ya!- en ese momento Eduardo no aguanto su furia y tiró de mi como si fuera un simple objeto. Agarró mi cintura, me miró fijamente y me pegó con todas sus fuerzas. Sus ojos denotaban indignación, tristeza y demasiado coraje. Me tiró al suelo una vez más y todo paró...

Su susto fue mi grande al verme no reaccionar

Pov's Eli

-¡IDIOTA!- empujé a ese tipo con todas las fuerzas, agarré a mi amiga y la llamé con insistencia. Al parecer se había desmayado por el dolor y el fuerte golpe que había recibido, además del susto que estaba viviendo.

-¡Vete de aquí!- gritó Daniel con las pocas fuerzas que le quedaban después de haber sido golpeado.

Gabriel asustado aún, reaccionó rápidamente y llamó una ambulancia. Llevamos a Noemi a la clínica más cercana y la acompañamos como buenos amigos.

Lo último que recuerdo de ese Eduardo es su gran cara de preocupación, mientras agarraba su cabello con desesperación. Después de ello hasta su sombra había desaparecido de lo fuerte que corrió. 

Es en este momento cuando puedo decir que no comprendo los gustos de mi mejor amiga ¬¬

¿Enamorada de un psicópata?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora