Capítulo 4

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Una semana llevaba viviendo sola en el departamento. Una semana en la que extrañaba como infeliz a mi mejor amiga.
Todo es raro, cocinar solo para uno, postres para uno, televisión para uno (aunque apenas y lo miraba ya que prefería leer).
La casa era un completo silencio. Silencio que fue reemplazado por horas de trabajo para entretener la mente.
Había conseguido trabajo como auxiliar de cocina en un restaurante cuatro estrellas un tanto reconocida.
Fue una total suerte por mi parte ya que justo iba a dejar mi currículum ese día al chef. Da la casualidad de que uno de los cocineros (o ayudantes de cocina) había renunciado por recibir demasiada presión y como yo justo estaba presente me tendieron el uniforme y comencé a trabajar al momento.
Estaba muy emocionada, logré cumplir con todo, aunque aún tenía algún desperfecto como enfrentar al segundo chef cuando hacia comentarios machistas o cuando proporcionaban demasiada presión durante la hora de la cena, que era cuando se llenaba el restaurante.

Un mes después había logrado acostumbrarme a la soledad.
Hablaba con Gemma cada noche en la que estábamos disponibles, como si de mi propia hija se tratase. Gemma me contaba que sus padres querían visitarla por primera vez en casi seis años cuando le habían prohibido venir a vivir conmigo, ya que, ellos querían que ella se casase con el hijo adinerado del pastor de su iglesia, y así evitar las malas influencias, es decir (según sus padres) yo.

Si, yo, la mala influencia...

Las cosas marchaban bien hasta el momento y eso me daba tranquilidad.
Tranquilidad que no duró mucho más de una noche.
Cerca de las 3am escucho que golpean desesperadamente la puerta principal. Algo inusual tratándose de un día de semana.

Y mi muy imaginativa amante se activó...

¿Qué podrá ser?
¿Un ladrón?
¿Un asesino?
¿Un acosador?
¿Un fantasma?
¿Un ladrón asesino acosador fantasma?

Todas eran posibilidades muy reales para mí...

Así que, tome el primer objeto pesado que encontré, una lámpara de madera para ser más precisos, y me encaminé silenciosamente hasta la puerta de entrada. Al acercar mi rostro por la mirilla distinguí la silueta de una chica en el suelo.

Gemma, pensé al instante.

Dejo el objeto en el suelo y abro la puerta para recibir a mi amiga.
Me ve y su mirada está más apagada de lo que recordaba.

- Sólo dame una razón para no ir a matar al rubio oxigenado.- le digo con la ira a flor de piel.

-Déjalo Nani, no vale la pena.- respondió desanimada mientras la ayudaba a levantarse.

-Pero puedo ir a partirle el rostro si es necesario- insistí, de verdad quería golpearlo.

-Fue una simple discusión amiga, no te preocupes.-

No insistí más, era innecesario si ella no aceptaba. De seguro volverá con él y todo lo que hubiese hecho habría sido en vano.
Pasamos al interior del departamento, ella tomo asiento en el sofá y yo fui a preparar algo de té para acompañar la charla.
Cuando ya todo está hecho, lo llevo acompañado de algunas galletas con chispas de chocolate y almendras hacia donde de encontraba Gemma.

-Disfrutaremos de un relajante té y hablaremos de lo ocurrido, ¿Qué opinas?- dije.

-Opino que lo extraño y estoy muy molesta con él...- respondió acumulando lágrimas en los ojos, algo no muy raro viniendo de ella.

-¿Qué pasó?

-Lo encontré con otra hace una semana, no te lo había contado antes porque no estaba segura si era verdad lo que había visto o no, estaban muy cariñocitos, cenando en un restaurante justo cuando iba de compras.- dijo con asco y continuó- Supuse que eran algo cuando le pregunté por texto a qué hora llegaba y me respondió que no lo esperara despierta porque tenía demasiado trabajo en la oficina. Lo dejé pasar, pues tal vez había sido un desliz y no quería agobiar a mis padres cuando llegaran.
Eso fue hace unos días y ellos se veían felices porque había encontrado a alguien ideal para mí, cenamos, los llevamos de paseo, él actuaba muy atento y cariñoso frente a ellos y el día de ayer ellos se fueron.- hizo una pausa y tomó unos sorbos de su té.- Una hora más tarde, él me avisó que tenía un asunto importante de último momento en la oficina y que no podía dejarlo para otro momento. Lo dejé irse, pero además lo seguí sin que me viera. Subí a mi auto y cuando ví que aparcó frente a una casa, yo también lo hice, claro que a calle y media de distancia y oculto detrás de otro auto aparcado.- bebió otro sorbo- Y esperé... esperé, esperé, esperé. Hasta que llegó la media noche y no aguanté más seguir encerrada.
Bajé del auto y me acerqué a la casa, recorrí ventana por ventana hasta verlo a él y cuando lo hice, David estaba haciéndole el amor a la misma chica del restaurante.
Quise llamarlo para mandarlo a la mierda mientras lo veía y lloraba pero él revisó el identificador y me colgó el teléfono.- dió otro trago a su té y comenzó a sollozar- Arrojé una piedra que encontré por ahí contra su auto y empezó a sonar la alarma, corrí hasta mi auto y me fuí del lugar. Estaba deshecha, estoy deshecha y no sabía donde parar. Dejé el auto frente a una gasolinera y corrí para aclarar la mente y pensar como matar a ese idiota. Inconscientemente terminé frente a tu depa y supe que te necesitaba.- finalizó abrazandome. Yo, a su vez, correspondí a su abrazo.

-¿Que piensas hacer ahora?- cuestioné.

-Pues no lo se. Sólo se que tengo sueño y no quiero volver a verlo.- acotó.

-Bienvenida seas mi niña.

-Gracias Nani, no se que haría sin ti.- dijo abrazandome aún más fuerte.

Ambas nos levantamos y fuimos a descansar. Si ese idiota de David volvía lo echaré a patadas de mi hogar, nadie puede joderle a mi amiga y salir ileso, le va a costar caro todo esto.

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Hola, hola.
Disculpas por la demora, creo que mi continuidad con la historia va a ser bastante lenta en comparación a otras.
Así que.... Tengan paciencia de mi persona.
¡Que lo disfruten!

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2016 ⏰

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