SALIDA

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Después de esa escena que jamas imagine que podría pasar, con debilidad por falta de energía y de agua, me dirigí hacia la puerta de salida y pensando con una gran ilusión y con pensamientos de niña que la entrenadora me diga que lo hice bien. Estaba más aliviada el saber saldría de ese este lugar y estaría a salvo para después solo tal vez comer un poco y darme una ducha después.

Pero hay algo que esperaba. La puerta no estaba abierta, seguía cerrada, eso me inquieto un poco. Pero luego pensé en que tal vez la entrenadora aun no quería abrir, que me estaba jugando una broma, ella acostumbra hacer ese tipo de cosas conmigo.

No podía moverme mucho pues estaba muy agotada, así que me senté en el suelo para poder descansar en lo que habrían la puerta, pacientemente, minuto tras minuto. En el transcurso del tiempo los ojos se me cerraban y la vista se me tornaba borrosa. Sentí como los mis ojos se cerraban y ya no se habrían.

Oye Serep despierta-Esa dulce voz la conocía. 

Abriendo los ojos con un poco de esfuerzo. No podía creerlo era el, estaba aquí, era Sikel.

¡Sikel volviste!- Una lagrima se escapo de mis ojos. Lo abrase y ya no quise soltarlo, susurrándole en el oído- Eres tu.

No, no soy yo.-Decía con voz baja. -Tu me dejaste ir, eres una mala persona. ¡Ahora estoy muerto por tu culpa! ¡Tu me mataste!.

De un momento a otro abrí los ojos, todo había sido un simple sueño. Seguía en este peligrosos lugar, había pasado casi todo el día dormida. Al voltear hacia adelante, con asombro y sin poder creerlo, la puerta seguía cerrada. No se abrió en todo el día, y aunque se hubiera abierto la entrenadora me hubiera sacado. Ya casi oscurece y no tengo provisiones, ni un refugio, ni agua. No tenia nada y el tiempo avanzaba.

Corría lo mas rápido que podía, buscando la cueva en la que me quede la noche anterior, ahí por lo menos estaría a salvo. Pero mientras mas corría el bosque se hacia cada vez más peligrosamente silencioso. En ese lugar no le puedes tener miedo a la obscuridad porque ayuda a protegerte de lo que hay dentro de ella.

Avanzado cada vez más, con tanto silencio escuchaba los latidos de mi corazón. Las plantas se cerraban, los insectos callaban y el sol se alejaba. No lo creía, estaba asustada, seguí avanzando y sobrevivir. Al momento de casi llegar a mi destino, ese lugar ya estaba lleno de vestías, rastreando el olor que había dejado aquella noche. A lo lejos reconocí a uno que tenia la pata lastimada. No creo que se halla olvidado de mi. Debía moverme rápido para que no me encontraran.

Con solo mis espadas, cuchillos y un corazón asustado, me adentraba en el oscuro bosque esperando lo peor.



INFINITA CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora