INFINITA CONFUSIÓN

¿QUE ESTA PASANDO?

Mirándolo fijamente a los ojos, se veía confundido por lo que le decía, y con un poco de miedo también.

-¿De que estas hablando Sikel?

-¿Como sabes mi nombre?

-¿Que? Pero si te conozco desde niño

-Eso no es cierto, desde niño me alejaron de familia y me torturaron y entrenaron para la guerra. Jamas te había visto. 

-¿Pero de que hablas? ¿que guerra?

-¡Ya deja de fingir!

-No estoy fingiendo Sikel, no se de que hablas. Desde niños crecimos juntos, jugábamos, aprendimos a pelear juntos, vamos a la misma escuela. Por favor reacciona.

-Ya entiendo todo. Es que tu no tienes alma 

-¿De que hablas Sikel?

-¿Quieres la mía verdad?- Todos los de tu mundo son así

-Espera mi mundo ¿Sabes lo que paso?

-Se que tu mataste mi mundo

La espada se Sikel cera tal larga que cuando la levanto casi toca el techo de la habitación. Empezó una batalla contra él, las espadas chocaban, bailaban en el aire y volvían a chocar, el ruido que provocaban era como de dos vestías luchando hasta a muerte. Nosotros movíamos los brazos a la velocidad que podíamos para no ser atravesados por las espadas, mi cuerpo luchaba por sobrevivir y matarlo pero mis ojos no dejaban de ver sus ojos. Algo estaba pasando.

Hagachandome a toda velocidad y  arrastrando mi pie lo derribe por lo que su espada salio volando hacia atrás.

-Sikel escúchame

- No te escuchare, todo lo que tu quieres es engañarme y robar mi alma.- ¡Pero no dejare que manches este mundo de sangre inocente otra vez Serep!

Saco una pequeño cuchillo de la manga se su brazo izquierdo y se lo enterró en el corazón.

-Así no podrás tener mi alma.

-¡Sikel que has hecho! Por favor no mueras. ¡Si sabes quien soy, me llamaste por mi nombre! ¡Por favor no te vallas!

Una lagrima salia de los ojos de Sikel, me miro como Sikel lo hacia antes. Tomo mi mano. Cerro los ojos y su aliento se fue en palabras.

-Lo siento... Serep