Capitulo 3

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"Y la tierra estará limpia de toda corrupción, de todo pecado, de todo castigo y no enviaré más plagas a la tierra ni por toda la eternidad" 

Este es el libro de las palabras de la verdad y la reprensión de los vigilantes.

Vigilantes: yo escribí vuestra petición y debo deciros que no será concedida nunca, que a partir de ahora no regresarais jamás al cielo porque habéis sido condenados a la tierra por toda vuestra eternidad.

Pero antes, veréis como todos vuestros seres queridos irán a la destrucción por las espadas de justicia pues vuestra petición por vosotros y por los suyos ha sido denegada. Continuarais pidiendo y suplicando y la respuesta siempre será la misma.

¿Por qué habéis abandonado el cielo alto, os habéis acostado con mujeres y profanado a vosotros mismos con las hijas de los hombres y habéis engendrado bastardos?

Ustedes que fueron santos viviendo una vida eterna se han manchado con la sangre de las mujeres y habéis engendrado con la sangre de la carne, sangre como aquellos que mueren y perecen.

Fuisteis primero espirituales, viviendo la vida eterna por todas las generaciones, por esa razón no os habéis atribuido mujeres pues la morada de los espíritus es el cielo mismo.

Y ahora, sus engendros serán llamados espíritus malignos por toda la faz de la tierra y sobre la tierra será su morada.

Los espíritus malos proceden de sus cuerpos porque han nacido de los Vigilantes y de los humanos y estarán condenados por un destino turbulento por el resto de sus generaciones.

Podrán reproducirse, enamorarse y aparentar ser normales porque jamás se les revelara su verdadero origen. Un día se levantaran contra los hijos de los hombres y contra las mujeres porque de ellas proceden.

Su vida estará llena de dolor y sacrificios al igual que cuantas personas los rodeen. Muerte, sufrimiento, dolor, y que vuestro espíritu jamás llegue al cielo, eso es a lo que yo les condeno.

Destino ( Ángeles y Brujas )®.     En EdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora