quince

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A las nueve sonó el timbre, informando que teníamos visita. Bajé al salón y vi a tu padre saludando al mío, mientras que en el salón estaban nuestras madres conversando.


Divisé que la puerta de la casa aún seguía abierta, por lo que me acerqué a cerrarla. Unos tacones negros resonaron en la entradilla de mi casa, dando a conocer tu presencia. Allí estabas, con un vestido rojo pasión y agarrada del brazo de un chico con camisa. Era el chico al que abrazabas días anteriores.

Mi corazón dió un vuelco y volvió a romperse en fragmentos más pequeños, si es que eso era posible.

Mi madre hizo un ademán de que nos sentáramos a la mesa. Empezó a servir el plato principal: pollo asado. La verdad es que no tenía hambre.

No estaba prestando atención a lo que se hablaba en la mesa, hasta que un comentario de mi madre me hizo darme cuenta de lo estúpido que había sido todo este tiempo.

¡Ese chico era tu hermano!

Debo decir que estoy en deuda con mi padre al haberos invitado a cenar. Eres mucho mejor de lo que imaginé.

Ya puedo volver a ser feliz.

Niall, xx

Letters to AngieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora