epílogo

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-No me creo que ya haga cerca de 15 años desde el día que te pedí que fueses mi novia- Niall soltó una pequeña risa nasal.

Ambos se encontraban en un restaurante, celebrando el día en el que comenzó una nueva etapa en su historia de amor.

-Lo sé -dijo Angie-. Llevaba dos años enamorada de ti - sonrió hacia su esposo, llevándose un trozo de pastel a la boca-. Amor a primera vista.

-Al final la espera mereció la pena, ¿no? -dijo esta vez Niall, para después darle un beso en la frente.

-Han pasado muchas cosas desde aquel día...

-Ya lo creo, ¡como la boda de Harry! Nunca pensé que ese chico mujeriego sentaría la cabeza algún día -negó, haciendo que Angie soltara una carcajada.

-¡No me refería a eso, Ni!

Niall sonrió, tomando otro trozo del postre que pidieron: pastel de chocolate.

-Hubo algunas sorpresas inesperadas...

Niall y Angie corrían por toda la casa. Él trataba de hacerle cosquillas y ella huía porque tenía demasiadas. Los dos reían como niños pequeños.

La desventaja era que siempre ganaba Niall en esos juegos. Ambos se tiraron en el sofá y Niall, encima de ella, comenzó a hacerle cosquillas en el estómago, mientras la chica reía e intentaba alejarse de su novio.

De repente, Niall dejó lo que estaba haciendo y, aún ambos con la respiración agitada, sonrió y le dijo:

-¿Quieres casarte conmigo?

-Dijiste que sí- dijo Niall, ella sonrió.

-También acogimos nuevas ideas...

-Niall, cariño- Angie llamó a su esposo algo nerviosa. Se sentó a su lado en el sofá mientras él veía un partido de fútbol.

-Dime- Niall volvió la cabeza hacia la chica sentaba a su lado, o como a él le gustaba llamarla, el amor de su vida-¿No me das un besito? -dijo mientras arrugaba los labios para que su esposa los besara.

Ella rió y le dió un casto beso, aunque Niall se quedó con ganas de uno más largo.

-Tengo algo que contarte.

-No me digas que has comprado el jarrón ese tan feo. Angie, ¡dime que no!

-No se puede hablar contigo, eh -negó con la cabeza, sonriendo-. No es eso...

Angie metió la mano en el bolsillo derecho de su pantalón y sacó una pequeña barra blanca. Un test de embarazo.

Niall lo tomó y comprobó una y otra vez que lo que veían sus ojos era cierto: el test marcaba un tono rosa claro, lo que significa positivo.

-¿Estas segura? -preguntó esperanzado, mirando a su mujer a los ojos.

-Lo he comprobado tres veces -ambos soltaron una pequeña risa, tomados de las manos.

Niall se levantó rápidamente y cogió a su mujer en brazos mientras la abrazaba. Estaba emocionado.

-Vamos a ser papás -susurró contra los labios de ella, para después darle un beso-. Seremos la familia perfecta

-El pequeño Ni y tú sois lo mejor que me ha pasado en la vida -dijo tomando la mano de su esposa a través de la mesa que los separaba.

-Y ahora también habrá alguien más -dijo Angie.

Niall frunció el ceño, no sabía a qué se refería su esposa son eso.

-¿Qué quieres decir?

-Estoy embarazada, Ni. Otra vez -le sonrió a su esposo, quien estaba aún analizando la situación.

Niall cogió su copa de champán de la mesa, y le hizo un ademán a Angie para que cogiera su vaso de agua, ya que ella por alguna extraña razón al principio de la velada, no quiso alcohol. Ahora todo estaba más claro.

-Brindemos -alzó su copa-. Por nosotros, por todos nuestros hijos y por los que vengan

-¿Quieres más? -preguntó su esposa, sorprendida

-Parece que se nos da bien, ¿no?

Ambos chocaron sus copas, disfrutando de la noche. Disfrutando del aniversario del día que marcó sus vidas para siempre.

Letters to AngieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora