Cuando Niño...

Ayudando al ladrón.

Después de acompañar y molestar a la princesa hasta el puerto, normalmente Hisoka seguiría a su princesa hasta el fin del mundo, pero, la dirección en la que se dirigía Illumi, no le llamaba la atención en lo más mínimo.
Se subió a otro barco y se fue a donde el mar lo llevo.

Al llegar al la costa del gran país en el que había llegado, investigó un poco sobre este.

Tenía dinero suficiente como para comprar otra goma, así que obviamente fue a una dulcería.

---¿Qué se le ofrece?
Preguntó amablemente la dueña del local, Hisoka se giró para verla, sus ojos recorrieron el cuerpo de la muchacha, desde sus pies a su cabeza.
---Oh~, más bien, ¿qué es lo que usted quiere de mi?♠
La chica recargó sus brazos en el vitral y se acercó al mocoso.
---Ay, querido, lo niños no me interesan, buscate a otra, si no vas a comprar nada mejor vete.
---Que cruel, descuide voy a comprar algo, un paquete de Bungee gum, por favor.♣
---Claro, "señor".
Se fue a su despacho mientras contoneaba las caderas y reía burlona.

Hisokaparecesdó observando el interior de la tienda, hasta que vio a un chico entrar, tenía cabellos negros, la frente vendada, sudadera negra, shorts de mezclilla.
El pelinegro se acercó a los chocolates y se les quedó viendo por un tiempo.
Hisoka se dirigió hacia el chico y le dijo:
---Te recomiendo los chocolates amargos, los de leche te empalagan muy fácil.♦
El chico miró esos ojos dorados.
---Gracias, pero no pienso comprarlos no tengo dinero.
---Si no traes dinero, ¿por qué entraste a este local?♠
---Por información.
---¿Información?⭐
El niño asintió.
---¿Sabes dónde queda el castillo del rey?
---¿Viniste a este país sin saber eso?♣
---Si, ¿algún problema?
Hisoka no estaba en posición para burlarse del pelinegro, después de todo cuando llegó a este país no sabía nada de este.
---El castillo del rey esta en la montaña más alta del reino. Desde aquí se puede ver la punta del castillo, rápidamente lo encontraras. ---Agarró los chocolates, y se fue a la vitrina. ---Estos también.♦
Los dejó frente al mostrador, la señorita le cobró, pagó y se fue juntó con el niño del lugar.
Hisoka le regaló los dulces al chico.
---¿Por qué me los entregas? Tu los pagaste.
El pelinegro venía de una ciudad muy pobre y olvidada; por lo que generalmente nadie se compartía nada, si encontrabas algo era tuyo, por eso se extrañó al ver que el pelirrojo le daba los dulces.
---Porque, comer dulces acompañado sabe mejor que comerlos sólo, cambiando de tema, ¿cómo te llamas?⭐
---Chrollo... ¡Ah! Diablos, me he entretenido mucho, lo siento, pero debo irme.

El chico caminó por la ciudad a toda prisa, pasando por callejones, y siendo cuidadoso. Parecía esconderse de alguien o algo.
---Oye, dijiste que tú nombre era Chrollo, ¿no? ¿Cuánto sabes sobre el nen?♠
Hisoka caminaba detrás del chico.
---¿Por qué estas siguiendome?
Chrollo no apartaba la mirada del camino.
---Porque quiero y puedo; entonces, ¿qué tipo de nen tienes?♣
---¡Deja de seguirme!
El pelirrojo lo ignoró al chico, y siguió caminando atrás de este.
---¿Por qué has venido a este reino?♦
---¿Qué te importa?
---Podría ayudarte.⭐
El pelinegro se detuvo y por primera vez durante la "persecución" si se puede llamar así, miró al Hisoka.
---¿Por qué harías eso?
---Porque me pareces interesante; y además te hice un favor, te dije donde se encontraba el castillo.♠
El pelirrojo tenía razón.
---Bien; lo que haremos será robar una de las joyas más preciadas del rey; tú distraeras a los guardias y yo la robare.
---¿Qué tiene de especial la joya?♣
---El cumpleaños de una amiga será pronto y quiero entregársela.
---Que considerado; eso me gusta.♥

Los dos chicos partieron hacia el castillo; Chrollo sabía que tenía que obtener ese preciado objeto si o si, no podría defraudar a una de sus amigas más cercanas.
Al llegar Chrollo se ocultó detrás de uno de los pilares del castillo.
Mientras que Hisoka, se acercaba con burla a los guardias.
---Hola~♠
Uno de los guardias lo miró y dijo:
---Vete de aquí niño, este no es un parque.
---¿Quisieran enseñarle a este niño jugar cartas como adultos?♥
---¡Ah!~ Te enseñaremos que no debes subestimar a los adultos, niño.
Hisoka miró a Chrollo, este algo extrañado por la distracción de Hisoka entró al castillo.

El castillo obviamente era gigante, por suerte tenía un mapa del interior, así que no se perdería.
Logró llegar a la bodega en donde se encontraba la joyería del rey; le hecho el ojo a la joya más preciosa de todas; era bellísima, pero no podía quedarse admirandola por mucho tiempo o lo descubriría algún sirviente.
La guardó en una pequeña bolsa, y se fue rápidamente de ahí. Estaba a punto de llegar a la salida cuando de pronto escucha los pasos de alguien dirigiéndose a el, se metió rápidamente debajo de la mesa, pero por un descuido la joya toco el brilloso suelo e hizo ruido, haciendo que la persona se detuviera y revisara de donde había salido el ruido. Los pasos se veían por un pequeño agujero que tenía el mantel; se detuvo al lado de la mesa, Chrollo, sentía que su alma se salía de su cuerpo. Estaba perdido, de nos ser por la voz de Hisoka, que distrajo a la persona.

---¡Diablos! ¡Volví a perder!
---Te dije que no hicieras esa jugada.
---Todo el dinero es mío.♦
---¡¿Qué sucede aquí?!
Al ver a la persona acercarse los dos guardias inmediatamente se pusieron en firmes.
---¡Je-Jefe!
---¿Qué creen que hacen?!
---N-Nada señor.
Los ojos del general se centraron en Hisoka, quien sentado en RL piso contaba su dinero.
---¿Quién es este niño?
---Un pueblerino, señor.
---Mandenlo a su casa, ¡no puede estar aquí y lo saben!
Se retiró dentro del castillo. Los gausrdias seguían tensos.
Hisoka, vio que Chrollo le hacia señas con las manos, para que se fueran lo más pronto de ahí; cuando los guaridas volvieron a voltear para encontrarse con el pelirrojo, ya no había rastro de este, como si el viento del lugar se lo hubiera llevado.

Fuera del centro de la ciudad, se encontraba Chrollo festejando alegremente frente a Hisoka.
---¡Machi será muy feliz con esto!
---Me alegro que esa tal Machi, lo disfrute.♠
---¡Si! ¡Jaja!
El pequeño Chrollo daba vueltas y saltos de alegría. Los cuales fueron terriblemente arruinados por la pregunta del ojidorado.
---Por cierto, ¿puedo matarlo ya?♣
Chrollo se sorprendió por ese repentino comentario, y era cierto hasta ahora no se había dado cuenta día presencia que los había estado observando desde que se dirigieron al castillo.

Una sombra salió de los árboles dispuesta a atacar, pero esta no pudo esquivar la carta que fue lanzada a su cuello y lo dejo muerto.
Hisoka se acercó al cadáver, el cuerpo estaba cubierto por una máscara, Chrollo sabía perfectamente de quien se trataba, era uno de los chicos de otra pandilla en ciudad meteoro.
---Vamos a ver de quien se trata.♦
---Para.
Hisoka detuvo la mano con la que iba a quitar la máscara.
---Por favor, para, el es uno de los niños de mi ciudad, no quisiera que alguien ajeno viera su cara, sería una falta de respeto, asi que por favor para.
---Como quieras. Adiós, Chrollo.♠
Hisoka se dirigió de nuevo al puerto, no tenía razones por las cuales quedarse en ese país.
---¿Cómo te llamas?
Hisoka aventó una carta a la cara del pelinegro cortándole una mejilla, y quedando la carta en sus pálidas manos.
---Hisoka el mago.♦
El pelirrojo desapareció entre la maleza.
El viento revolvió los azabaches pelos del ladrón y un susurro al aire se escuchó:
---Hisoka...

Gracias por leer. Perdonen las faltas de ortografía. Nos leemos luego.