Cap. 5

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A las 2 semanas de nacida Hanna, pudo ir a casa. Me había encargado de comprarle todo lo necesario: pañales, ropa, sábanas, frazaditas, mamaderas, etc. Todo en rosa y blanco. Hacia unos días había tenido una charla con mis padres aclarando lo más importante en mi futuro, mi hija. Al principio no me quisieron apoyar con salir adelante, estudiando y cuidando a Hanna, pero después no tenían otra opción. Mi mamá entendió que apenas terminara de estudiar trabajaría medio tiempo y cuidaria de Hanna. Y que apenas tuviera un buen capital me mudaria. Pero mi papá no lo acepto. Dijo que no le parecía correcto que tenga a mi cargo a Hanna, por que decía que no sería una persona con buenos estudios con toda la atención que implicaba cuidar a mi bebe. Apenas dijo eso le hice saber que pediría la emancipación, a lo que no reaccionó muy bien.
Ya no me importaba lo que dijera, haría lo correcto. Sí mi mamá me apoyaba lo agradecia, pudo dejar de lado su estatus para darse cuenta que ahora necesitaba de su ayuda.

Después de esa charla no volvimos a tocar el tema. Fui a buscar a Hanna al hospital y me la lleve en un taxi a casa. Apenas llegué mamá me recibió con una enorme sonrisa y al ver a la bebe sus ojos se aguaron. La cargo y sus lágrimas callaron de repente.

-Es hermosa...- dijo entre sollozos- es tan pequeña y delicada...

No paraba de llorar. Así que le tendí un pañuelo y agarré a la bebe. Necesitaba darle un baño así que le había pedido a mi mamá que me ayudara. Hanna había llorado apenas le llegó el agua por que tenía frío pero el agua estaba tibia, la regule bien y después de eso empezó a disfrutarlo, me sentí tan orgulloso cuando la vi sonreír por primera vez que no me di cuenta que había derramado unas lágrimas hasta que sentí el sabor salado en mi boca.

Después de bañarla le di la leche y la deje dormida en mi cama rodeada de muchas almohadas para que no se cayera. Por suerte mi cama era grande, era de dos plazas.
Mientras Hanna dormía me fui a clases le dije a mi mamá que se fijara y que cualquier cosa que le pasará que me llamase.

Cuando salí de clases, decidí ir a ver cunas. Mi cama era grande pero ella necesitaba la suya propia, me asustaba dormir y que le pasara algo. No estaba preparado para ir de nuevo al hospital.
Por suerte encontré una cunita que se podia agrandar o achicar para el tamaño de la bebe, la compré en rosa y tambien le compre mas ropita, zapatitos, medias, juguetitos, peluches, basicamente llene mi auto con todo lo rosado y lindo que encontre para mi hija. Estaba encantado por ella y le compraría hasta la luna si ella así lo quisiera.

Los primeros días fueron muy duros, Hanna tomaba la leche cada 4 horas y parecía relojito, no importaba si me dormía o me olvidaba, Hanna lloraba hasta que la escucharas. Muchas veces me dormia en mis clases por que Hanna no me dejaba descansar lo suficiente, por suerte cuando iba a clases se quedaba mi mamá para cuidarla.

Hacia tiempo que no me juntaba con mis amigos, mi hija era mas importante ahora. Sólo mis mas cercanos amigos sabía de ella pero hasta ahora nadie la conoce solo por fotos de mi telefono.

En unos días cumpliria 19 no quería hacer nada mas que pasarlo con mi bebita. Hace un año y mas esperaba hacer una fiesta, emborracharme y estar con muchas chicas. Ahora solo quiero emborracharme de felicidad y estar con mi hija. Ahora ella es mi mundo...

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2016 ⏰

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Mi Princesa de Porcelana(EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora