Capitulo 11

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Comencé a despertar al sentir unas leves manos que me movían. Abrí un ojo y la miré, Rose me sonrió levemente.
—Buenos días —le dije con voz ronca.
—¿Se puede saber que haces durmiendo en el sillón? —me preguntó. Me senté y miré a mí alrededor.
—Mi cuarto está ocupado —contesté, y me puse de pie para ir al baño. Entré, me lavé la cara y los dientes. Salí y me acerqué a la mesada para sentarme frente a Rose —¿Qué hora es?
—Las doce en punto, Sehun —me contestó y comenzó a sacar ollas y comida para cocinar.
—¿Sehun? —escuché su adormilada voz.
Rose y yo nos giramos para mirar hacia el pasillo, del cual provenía la voz de Luhan. Su rostro era una mezcla de sueño, confusión y dolor de cabeza, me miró y luego miró a la mujer a mi lado. Me puse de pie y me acerqué a él.
—Vamos al cuarto, cariño —le dije y volvimos de donde salió.
Me giré a verlo, después de cerrar la puerta.
—¿Dónde estoy? —me preguntó mientras se sentaba despacio en la cama.
—En mi departamento —le contesté. Sus ojos se abrieron bien y se puso rápidamente de pie.
—¿Qué hiciste conmigo? —dijo nervioso —¡Oh, dios!, no me digas que tú y yo...
—No, cariño —lo interrumpí divertido —Tú y yo no hicimos nada de lo que estas pensando. Te hubiera encantado, ¿verdad?
—No, claro que no —dijo rápidamente —Además como iba a encantarme, si no recuerdo nada de lo que pasó.
—¿Nada? —pregunté, Luhan clavó sus ojos en los míos.
—Bueno, recuerdo un poco —dijo y me miró con desconfianza —¿Qué estás insinuando?
—No, nada.
—Oh Sehun... —dijo mi nombre con tono de advertencia.
—¿De verdad quieres saberlo? —le dije, él asintió —Bueno, pues para empezar tomaste mucho por lo que adjudico todos tus actos al alcohol. Ni los chicos ni yo te juzgamos de verdad.
—Oh, dios santo —dijo mientras se sentaba en la cama para escucharme con atención.
—Pusiste música en el bar, comenzaste a bailar demasiado sexy, me gusta verte bailar por cierto. Coqueteaste con Hook...
—¿Hook? —preguntó.
—Un grandulon, así le dijiste, que va allí siempre —le dije —Me sedujiste.
—¿Qué hice qué?
—Me sedujiste, me bailaste sensualmente... cerca, tocándome, provocándome.
—Yo...
—Luego te subiste a la barra, haciendo que todas las mujeres del lugar se subieran y bailaran sensualmente junto a ti. Pero debo decir, que aún así eras el más sexy. Luego un baboso quiso tocarte, lo puse en su lugar, te rescaté de la perdición, salimos de allí, nos fuimos a las vegas, nos casamos y ahora eres mi esposo. Me debes la noche de bodas cariño...
Ahora su rostro era una mezcla de vergüenza, preocupación y asombro, hasta que clavó sus ojos en mí, los entrecerró y me miró con recelo.
—Eso último es mentira, ¿cierto? —me dijo muy seguro de ello. Sonreí divertido.
—Pensé que así el saber que me besaste anoche aligeraría la noticia —le dije.
Sus ojos se abrieron como platos.
—Eso es mentira —aseguró.
—No, no es mentira. Lo hiciste, y bueno yo no pude negarme...
—Eres un aprovechado, estoy seguro de que tú me besaste a mi, y ahora me estas diciendo que yo te besé a ti...
—¿Para que voy a mentirte? —pregunté —Si yo te hubiese besado te lo digo: Luhan, anoche te besé. Pero no lo hice...
—Mmm, bueno si fue así entonces te pido perdón, ese no era yo —dijo totalmente avergonzado.
—No, no me pidas perdón cariño. Por mí, puedes hacerlo las veces que tengas ganas.
Luhan bajó su mirada nervioso, intentando evitar mi mirada.
—¿Quién es la señora que está en la cocina? —me preguntó.
Levante una de mis cejas ante su repentino cambio de tema, el castaño ya no quería seguir hablando de eso. Sonreí levemente.
—Su nombre es Rose, viene los fines de semana para cocinarme y dejarme la comida preparada. Soy un desastre cocinando.
—¿Así que tienes una niñera?, que tierno de ti Sehun —me dijo.
—Lo ves, no todo es pecado en mí, cariño. De todos modos, no es mi niñera
Rió por lo bajo y salimos de la habitación para ir a la cocina. Rose nos miró y sonrió levemente.
—Rose, él es Luhan —se lo presenté.
—Es un gusto señora —le habló amable.
—El gusto es mío, niño—
—¿Puedo pasar al baño? —me preguntó Luhan.
—Si, si —le dije —Aquella puerta de allí.
—Ya vuelvo —se disculpó y fue hasta el baño. Me senté frente a Rose, y ella me miró bien.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
—Nunca habías traído a un chico aquí —dijo con tono pícaro.
—Va a la Universidad conmigo. Ayer tuvimos un pequeño percance y no podía dejarlo solo en su casa.
—Es muy lindo, me agrada —dijo y volvió a cocinar.
—Que extraño, nunca te agradan... por eso no los traigo.
—No parece ser un tonto con pelo teñido —dijo exasperada. Yo reí —Luhan tiene un aura especial.
El nombrado llegó a la cocina y nos miró.
—¿Quieres comer algo, niño? —le preguntó al castaño.
—No señora, gracias... —dijo y al instante su panza gruñó. Lo miré divertido.
—Tonterías, estás muriéndote de hambre —le dije, y miré a Rose —Dale la lasaña de espinaca, él solo le hace el feo a lo que yo consumo.
Rose la miró.
—¿Eres vegetariano? —le preguntó algo sorprendida.
—Trato de serlo, desde hace ya dos años que no como carne —dijo orgulloso de si mismo.
Rose sonrió y sacó la lasaña del refrigerador.
—Es lo único que puedo hacer que Sehun coma, sino no hay caso. No consume casi nada, no proveniente de un pobre animal —le contó.
—Si —dijo Luhan mientras se sentaba a mi lado —Es un carnívoro sin control.
—Lo se, lo se. Ya le he dicho que un día todos los pobres animales que le han dado de comer, van a venir en busca de venganza...
—Y se la merecerá Rose, todo se paga en esta vida.
—Además de que algún día le agarrará un paro cardiaco de tener las venas todas tapadas de carne y comida chatarra —agregó —Y a pesar de que come como una bestia, está perfectamente bien corporalmente.
—Si lo se, yo tampoco entiendo por qué —dijo el castaño —Y es una injusticia de la vida. Imagínese, yo llego a comer un poco más de lo que como normalmente, engordo como 5 kilos, y parezco un globo.
—Eso es terrible, y las mujeres somos las que más lo sufrimos. Y él come, come y come, y no engorda.
—Ya lo volveré menos carnívoro de alguna manera.
—¿Ya terminaron de aniquilarme? —les pregunté, rieron —Tengo hambre.
—Ya va a estar pequeño —
Se acercó al horno para sacar la lasaña, Luhan me miró y yo también lo hice, me sonrió levemente y sentí aquel extraño impulso de besarlo. Levantó su mano y acomodó mi cabello hacia atrás, la sensación de estar así con él se convirtió en algo totalmente extraño.
Era como si yo significara algo para él, quizás un amigo...
Nunca tuve otros amigos además de Chanyeol y Jongin, a ellos los trato como mis hermanos, pues considero que no existe la amistad si también hay deseo. Deseo, que arde en mí, cada vez que tengo cerca a Luhan.
Rose puso un plato frente al castaño, haciendo que él mirara al frente. Sonrió al ver en el plato la humeante lasaña.
—Mmm, esto se ve delicioso —
—No tanto como tú —le susurré para que Rose no me escuchara.
Luhan me miró acusadoramente, yo solo reí por lo bajo, y Rose puso otra plato frente a mí, un jugoso trozo de carne, con el mejor puré del mundo.
Mmm, ¿cómo sería un jugoso Xiao Luhan desnudo con crema y una cereza encima?, eso sería interesante. Muy interesante.
Rose se sentó a comer con nosotros un poco de lasaña, hablaba con el castaño como si se conocieran de toda la vida.
Yo solo observaba y comentaba muy de vez en cuando sobre alguna de sus conversaciones, de lo cual me ganaba una venenosa mirada de parte de ambos. Cuando Luhan había terminado de comer, yo ya iba por mi segundo plato terminado, él me miró algo sorprendido.
—De verdad eres una bestia comiendo —me dijo.
—Y tú de verdad pareces un pajarito comiendo —le dije.
Luhan se puso de pie y juntó sus cosas.
—Bueno Rose, estuvo delicioso, ya te pediré la receta —le dijo dulce.
—Cuando quieras, Lu —dijo ella sonriéndole.
—Sehun, ya me voy —me dijo.
—Bueno, entonces te llevo —dije cuando terminé de tomar agua.
—No, ya es suficiente. Ya no es necesario, no soy un niño —dijo quejándose.
—Bueno, esta bien cariño, esta vez acepto tus condiciones —le dije, y suspiró aliviado. Lo miré divertido —Pero te acompaño hasta abajo.
—Y si no hay más remedio, ¿qué puedo hacer? —dijo y Rose rió. Se acercó a ella —Hasta luego Rose, fue un gusto conocerte. No entiendo porque teniéndote a ti, el muchachito es así.
—Yo tampoco cielo —dijo divertida.
Revoleé los ojos y busqué las llaves mientras Luhan caminaba hacia la puerta.
—Dile que me agrada —me susurró Rose antes de que yo fuera detrás de él.
—Se lo digo —le dije y salí de allí.
Nos subimos al ascensor y bajamos en planta baja. Caminamos hasta la puerta y eĺ se giró a verme.
—Bueno Sehun, gracias por todo. No recuerdo muy bien lo de anoche, pero... voy a creer en tus palabras.
—Así tiene que ser —dije, él sonrió.
—Gracias —musitó. Lo miré fijo y no pude detenerme.
Levanté mi mano y acomodé un mechón de su cabello detrás de su oreja, para luego bajar mi mano por su mejilla y acariciarla levemente. Posé mi mirada en sus labios, y volví a sus ojos.
—No es nada cariño, se hacer mi trabajo —le dije.
Trató de no sonreír, pero le fue imposible.
—Eres un tonto, adiós —dijo y comenzó a caminar.
—¡Oye! —lo llamé. Se giró a verme.
—¿Si? —preguntó.
—Rose me pidió que te dijera que le agradas, y eso no es fácil de conseguir, menos los chicos que tratan de corromperme...
—Yo no quiero corromperte —dijo rápidamente.
—Exacto —hablé y sonreí de costado —Rose sabe que soy yo quien trata de corromperte.
Vi como sus mejillas tomaban un poco de color, y las ganas de besarlo fueron casi ilógicas en mí. Negó con la cabeza y siguió caminando. ¿Por qué demonios es tan lindo?
Sacudí mi cabeza y me metí al edificio, subí a mi casa y entré. Rose estaba terminando de lavar todo. Me miró y sonrió.
—Es encantador —me dijo.
—¿Te agrada enserio?
—Claro que si, me recuerda a tu...
Dejó de hablar y bajó la mirada.
—¿A quién? —le pregunté.
—A una vieja amiga que tengo, es así como él. De carácter fuerte, convicciones inamovibles y sobre todo una extraña pero dulce forma de llegar a las personas.
—Para mí es como todos los demás —le mentí descaradamente.
—Si, seguro —dijo con ironía —Te conozco tanto, pequeño.
—¿Qué quieres decir? —le pregunté.
Ella sonrió divertida y dejó de lavar, para mirarme a los ojos.
—Tú te estas enamorando de Luhan.

Peligrosa Obsesión [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora